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SciCheck’s COVID-19/Vaccination Project

Publicaciones malinterpretan un informe de los CDC sobre un brote de COVID-19 en Provincetown


This article is available in both English and Español

Compendio SciCheck

Publicaciones en redes sociales están malinterpretando los resultados de un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), que encontró que el 74% de las personas en un brote de COVID-19 estaban vacunadas, para argumentar en contra de la inmunización. Los expertos dicen que la alarmante estadística es engañosa sin más contexto y no significa que las vacunas no funcionan.


Historia completa

Una estadística en un informe de los CDC sobre un brote de COVID-19 en julio está alimentando alegatos falsos y engañosos en las redes sociales sobre cuanto protegen las vacunas autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos contra la enfermedad, que es causada por el novedoso coronavirus.

Los ensayos clínicos y estudios de las vacunas en situaciones reales muestran que las inmunizaciones son altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y la muerte, incluso contra la altamente contagiosa variante delta, aunque pueden funcionar menos bien contra la infección y la enfermedad sintomática de delta, como hemos escrito. La variante delta ahora representa alrededor del 93% de los casos de COVID-19 en los EE. UU., según estimaciones de los CDC.

La estadística en cuestión proviene de un artículo científico publicado el 30 de julio en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR, por sus siglas en inglés) de la agencia, que documenta un brote de COVID-19 en el condado de Barnstable, Massachusetts, especificado en otros lugares como Provincetown, que ocurrió principalmente en personas vacunadas luego de eventos públicos multitudinarios en la primera mitad del mes.

Según el informe, de las 469 personas incluidas en el estudio que estuvieron en la zona entre el 3 y el 17 de julio y dieron positivo por coronavirus, el 74% estaban completamente vacunadas. Un total de cinco personas fueron hospitalizadas, cuatro de ellas vacunadas y no hubo muertes. El 90% del subconjunto de personas a las que se les efectuó la secuenciación de sus muestras estaban infectadas con la variante delta.

Aunque no se menciona en el informe, el brote coincidió con el fin de semana del 4 de julio y la “Bear Week” (Semana del Oso), la reunión anual de hombres homosexuales de Provincetown; El 85% de las infecciones identificadas fueron en hombres. En verano, la población de la ciudad aumenta a 60.000 personas aproximadamente.

El informe señaló que en el momento de las pruebas de diagnóstico, la cantidad de virus parecía ser aproximadamente la misma en personas vacunadas y no vacunadas, un hallazgo que los CDC citan en su decisión del 27 de julio de recomendar mascarillas para todos, independientemente del estado de vacunación, en espacios públicos interiores en áreas con transmisión “sustancial” o “alta”.

Pero la cifra del 74%, aunque correcta, puede ser engañosa sin el contexto adecuado, dicen los expertos, porque a medida que aumentan las tasas de vacunación, se debe esperar que una proporción cada vez mayor de personas infectadas se vacune. No significa que las vacunas no funcionan.

“El problema es que solo estamos mirando a los que se infectaron, no a todos los que estaban en el área en riesgo de infectarse”, nos dijo Matthew Fox, epidemiólogo en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston, en un correo electrónico. “Provincetown es un área con algunas de las tasas de vacunación más altas del país, por lo que si la vacuna no funcionase, se esperaría que el porcentaje de vacunados entre los infectados fuera incluso superior al 75%, pero no podemos decirlo con seguridad todavía porque no conocemos los denominadores, necesitaríamos más datos. Dicho esto, todos los estudios cuidadosamente realizados hasta la fecha que han incluido los denominadores han demostrado que la vacuna es altamente eficaz, incluso fuera de los ensayos clínicos”.

El documento dice lo mismo, y relata que “los datos de este informe son insuficientes para sacar conclusiones sobre la efectividad de las vacunas del COVID-19 contra el SARS-CoV-2, incluida la variante delta, durante este brote”. También señala que a medida que aumenta la cobertura de vacunación, “es probable que las personas vacunadas representen una mayor proporción de los casos de COVID-19”.

Sin embargo, numerosas publicaciones en Instagram y Facebook se han aprovechado de la cifra del 74% utilizando con frecuencia capturas de pantalla de titulares de noticias sin el contexto adecuado o con comentarios adicionales para dar la falsa impresión de que esto es evidencia de que las vacunas no funcionan, que las personas vacunadas tienen la misma probabilidad o incluso mayor de propagar el virus que quienes no están vacunados, o que algo perverso está en marcha.

“Tratamos de decirles a todos que no se pusieran las vacunas experimentales”, lee una publicación de Instagram que comparte un titular de la CNBC.

Otra, que comparte un titular similar, implica falsamente que las personas vacunadas tienen más probabilidad de propagar el coronavirus que las no vacunadas. “¡¡BAJENSE DE LA NUBE!! Los vacunados SON los súper propagadores”, dice.

“El estudio de los CDC muestra que el 74% de las personas infectadas en el brote de Covid en MA estaban completamente vacunadas, lo que desacredita la narrativa de la ‘pandemia de los no vacunados’”, lee una publicación de Instagram que va acompañada de un video de la directora de los CDC, la Dra. Rochelle Walensky, y el presidente Joe Biden.

Otra afirma que Walensky admitió que las vacunas “ahora están fallando y las personas vacunadas pueden tener cargas virales más altas que las personas no vacunadas” y que “las personas que recibieron la vacuna son los principales transmisores”.

Los CDC han utilizado el informe MMWR para justificar su cambio en las directrices del uso de mascarillas, interpretando las cantidades similares de virus en el momento de la prueba entre las personas vacunadas y no vacunadas en el brote como una señal de que las personas vacunadas infectadas pueden transmitir el virus. Pero, como explicaremos, eso no significa que los vacunados y los no vacunados tengan la misma probabilidad de infectar a otros.

Y aunque algunas personas vacunadas se han infectado con el coronavirus y probablemente lo hayan transmitido a otras personas, la mayor preocupación sigue siendo la de las personas no vacunadas que tienen muchas más probabilidades de infectarse, enfermarse gravemente y propagar el virus.

Los alegatos sobre el 74% carecen de contexto

Las publicaciones y titulares que informan de que el 74% de los casos de COVID-19 en el subgrupo de Provincetown se produjeron en personas vacunadas son propensas a interpretaciones erróneas porque, en apariencia, ese hecho puede parecer sorprendente si se supone que las vacunas deben funcionar tan bien.

“Cuando se introduce una nueva vacuna en una población, cuando las tasas de vacunación se tornan muy altas, podemos esperar muchos y a veces más casos en la población vacunada que en la no vacunada, incluso cuando la vacuna está haciendo su trabajo y protege a las personas a un nivel elevado, porque el denominador del número de personas vacunadas es muy grande”, explicó Fox, de la Universidad de Boston, en un blog. “Los epidemiólogos que estudian las vacunas están muy al tanto de este fenómeno y, sin embargo, aunque lo esperamos, es difícil de comunicar a la sociedad el mensaje veraz e importante de que esta no es una señal del fracaso de la vacuna”.

Como hemos escrito, ya que ninguna vacuna es efectiva al 100%, se esperan algunos casos entre personas vacunadas. Incluso con una vacuna muy efectiva, la proporción de casos entre los inmunizados puede ser alta si la mayor parte de la población ha sido vacunada.

Para comprender esto es útil considerar un ejemplo extremo en el que todos en un lugar determinado han sido inmunizados con una vacuna altamente eficaz. “Si tuvieras un pequeño brote en una ciudad que estuviera 100% vacunada, el 100% de los casos serían entre vacunados”, dijo William P. Hanage, epidemiólogo de la escuela de Salud Pública T.H.  Chan de Harvard, “¡pero eso no significa que las vacunas no funcionan!”

Tráfico peatonal a lo largo de la calle Commercial en Provincetown (MA) el 20 de julio de 2021. En la primera mitad de julio se produjo un brote de COVID-19 en la ciudad tras una serie de eventos públicos multitudinarios. (Foto de Barry Chin/The Boston Globe via Getty Images)

Si bien no se sabe cuántos visitantes de Provincetown estaban vacunados, anecdóticamente muchos de ellos lo estaban, y datos del estado muestran que antes del brote prácticamente todos en la ciudad habían recibido al menos una dosis de una vacuna, con un 85% o más de cada grupo de edad completamente vacunados.

“El 74% debe situarse en el contexto de que una proporción muy alta de las personas expuestas estaban vacunadas”, dijo Hanage. “Sugiere que sin la vacunación el brote habría sido mucho mayor”.

Fox ha explicado en otro blog que la información que necesitaría para saber qué tan bien funcionaron las vacunas es cuántas personas vacunadas y no vacunadas había en el área en ese momento.

“Entonces podríamos calcular el porcentaje de personas infectadas en el grupo vacunado y el porcentaje de personas infectadas en el grupo no vacunado y compararlos para ver qué tan bien estaba funcionando o no la vacuna”, escribió.

Pero esa información no está disponible en este caso, razón por la cual el informe reconoce que no puede comentar sobre la efectividad de la vacuna.

Sin embargo, los estudios que sí existen sobre la efectividad de las vacunas indican que las vacunas autorizadas por la FDA pueden ser un poco menos efectivas en prevenir infecciones y enfermedades sintomáticas de la variante delta en comparación con versiones anteriores del virus, pero siguen siendo altamente efectivas contra enfermedades avanzadas y la muerte. Los datos disponibles en los EE. UU. son consistentes con esos hallazgos y, hasta el momento, no indican ningún problema importante.

Al 26 de julio, por ejemplo, los CDC habían recibido 6.587 informes de pacientes con infecciones graves que murieron o fueron hospitalizados, de un total de 163 millones de personas vacunadas. Incluso esas cifras pueden ser engañosamente altas, ya que alrededor de una cuarta parte de las hospitalizaciones y muertes se reportaron como “asintomáticas o no relacionadas con COVID-19”.

Los datos de estados individuales, recopilados y presentados por la Kaiser Family Foundation (KFF, por sus siglas en inglés) debido a que los CDC sólo comenzaron a rastrear las infecciones entre vacunados que involucran hospitalización y muerte en mayo, sugieren de manera similar que los casos de cualquier tipo entre vacunados son raros.

“La tasa notificada de casos vacunados entre los que están completamente vacunados está muy por debajo del 1% en todos los estados que presentan informes”, según encontró la KFF en su análisis del 30 de julio. (Es importante recordar que estos números también aumentarán con el tiempo, incluso si las vacunas continúan funcionando. Lo que importa es ver cómo se comparan con el porcentaje de personas no vacunadas que se enferman o mueren).

Mientras muchos han visto el brote de Provincetown como preocupante, y muestra que las personas vacunadas pueden infectarse y enfermarse, los epidemiólogos también lo ven como una prueba del éxito de las vacunas.

“En general, si me hubieran dicho el verano pasado que Bear Week seguiría adelante en 2021 con intervenciones mínimas y conduciría a un brote de más de 900, pero que el resultado serían 7 hospitalizaciones y ninguna muerte, me habría sorprendido”, dijo Hanage de Harvard, refiriéndose a casos totales más allá de los declarados en el estudio MMWR. “Aún más si me hubieran mencionado la variante delta”.

Las personas vacunadas son menos propensas a propagar el virus que las no vacunadas

Gran parte de la alarma sobre el brote de Provincetown se ha enfocado en los datos de las pruebas del PCR en un grupo de participantes en el brote que sugiere que las personas vacunadas infectadas tienen cargas virales similares a las que no están vacunadas. Esto fue indicado por valores similares del denominado ciclo umbral de las pruebas, que pueden servir como una estimación aproximada de cuanto ARN viral había en la muestra de una persona. Los valores más bajos indican que se tuvieron que ejecutar menos ciclos para detectar el coronavirus y, por lo tanto, había más ARN en una muestra.

El CDC ha mencionado este hallazgo al explicar su razonamiento de recomendar que las personas vacunadas también usen máscaras en áreas con transmisión “sustancial” o “alta” cuando estén en lugares públicos. (Consulte el artículo de SciCheck “Guía para la actualización de las recomendaciones de uso de mascarilla de los CDC”).

Sin embargo, contrariamente a las afirmaciones en línea, esto no significa que las personas vacunadas tengan la misma probabilidad o más de propagar el coronavirus que las personas no vacunadas. Incluso si fuera cierto que las personas vacunadas albergan cantidades similares de virus infecciosos, y los inmunólogos tienen razones para ser escépticos al respecto, las personas vacunadas todavía tendrían muchas menos probabilidades de transmitir el virus porque es menos probable que se infecten en primer lugar, como hemos señalado antes.

Algunos expertos piensan que los CDC están sobre interpretando los resultados del informe MMWR, aunque dicen que la agencia todavía tiene razón al recomendar mascarillas además de las vacunas. Esto se debe a que es poco probable que los datos de las pruebas de diagnóstico en el informe reflejen del todo que tan infeccioso es alguien, particularmente las personas vacunadas.

Por un lado, este tipo de pruebas de PCR son buenas para identificar el ARN viral, pero no pueden determinar si ese material genético está en una partícula de virus infecciosa intacta o no. Eso se vuelve especialmente relevante para las personas vacunadas, dijo Deepta Bhattacharya, inmunóloga en la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona.

“Los anticuerpos de una persona vacunada pueden cubrir el virus emitido y evitar que infecte otras células”, nos dijo. “Y las células T pueden matar las células infectadas desprendiendo material genético viral, pero no partículas infecciosas”.

En segundo lugar, las pruebas solo buscan ARN presente en la nariz y la garganta, no en los pulmones, aunque es probable que las vacunas tengan un mayor impacto allí, según investigaciones previas.

“Aunque no está del todo claro cuánta transmisión proviene de los pulmones en comparación con la nariz y la garganta”, dijo Bhattacharya en un correo electrónico, “es casi seguro que haya alguna”. Eso también sugeriría que una persona vacunada con un ciclo umbral similar al de una persona no vacunada sería menos infecciosa.

Probablemente, las personas vacunadas no estarán infectadas tanto tiempo, ya que sus sistemas inmunológicos responden con más rapidez al virus, lo que también las haría menos propensas a infectar a tantas personas como una persona no inmunizada.

Bhattacharya señaló un estudio inédito de Singapur, publicado en el servidor de preimpresión medRxiv el 31 de julio, que encontró que al comienzo las cargas virales eran similares en las personas vacunadas y no vacunadas, pero disminuyeron más rápidamente en las personas vacunadas.

Como apuntó en Twitter el Dr. Aaron Richterman, becario de enfermedades infecciosas en la Universidad de Pensilvania, junto con la disminución más rápida del ARN viral detectable, el estudio encontró menos síntomas en las personas vacunadas. “Esto tendrá un efecto sustancial sobre el potencial de transmisión”, escribió.

Resultados preliminares de Israel también sugieren que la mayoría de las personas con infecciones después de vacunarse no transmiten el virus a otras, dijo Bhattacharya.

“Los CDC están justificados en recomendar medidas más fuertes para contener la variante delta”, dijo, ya que está claro que la variante es más contagiosa y las infecciones de la variante delta parecen alcanzar niveles máximos de virus más rápido que otras variantes, aumentando el riesgo de transmisión de una infección tras una vacuna. “Pero las implicaciones de que las infecciones tras estar vacunado son tan contagiosas como las infecciones en personas no vacunadas son prematuras en el mejor de los casos, y quizás muy erróneas en el peor de los casos”.

Angela Rasmussen, viróloga en la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Saskatchewan, estuvo de acuerdo en que la guía de los CDC para usar mascarillas todavía tiene sentido, incluso si el informe del brote de Provincetown está lejos de ser claro sobre si el potencial de transmisión de las personas vacunadas infectadas está realmente a la par de los no vacunados.

“Es inteligente y cauteloso asumir lo peor y recomendar que las personas usen mascarillas independientemente del estado de vacunación”, dijo en un hilo de Twitter. “Lo que NO debemos hacer, sin embargo, es asumir que esto significa que las vacunas no funcionan”.

“Si se vacunan suficientes personas Y toman precauciones para reducir la exposición”, agregó, “incluso la variante delta acabará en demasiados callejones sin salida para continuar propagándose en la población”.

Traducido por Elena de la Cruz.

Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.