Desde el comienzo de la pandemia, ha habido un debate intenso, y a veces mal informado, sobre la efectividad de las mascarillas como protección contra el SARS-CoV-2, el virus causante del COVID-19.
Inicialmente, no había suficiente evidencia para justificar directrices generales de uso de mascarilla para toda la población, por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomendaron mascarillas solamente para los infectados y el personal médico que los atendía. El 3 de abril del 2020, los CDC cambiaron el rumbo y recomendaron que todas las personas usen mascarillas en público, citando nuevas estadísticas que mostraban que una “porción significativa” de personas infectadas con el coronavirus no tenía síntomas, pero podía transmitir el virus a terceros.
Desde entonces, una cantidad cada vez mayor de evidencia sustenta el uso de mascarillas para detener la propagación del COVID-19, tal como reportamos en marzo.
Numerosos estudios de laboratorio, por ejemplo, muestran que las mascarillas de alta calidad y bien ajustadas al rostro pueden bloquear parcialmente las gotículas respiratorias exhaladas, consideradas la vía primaria de transmisión del virus, y que pueden ofrecer alguna protección a quien las usa. En un estudio de los CDC, las mascarillas N95 tuvieron el mejor desempeño en la prevención de la propagación de partículas de una tos simulada bloqueando el 99% de las partículas, mientras que las mascarillas médicas bloquearon un 59% y las de tela un 51%. (Vea la nota SciCheck “Nuevos hallazgos científicos sobre uso de mascarillas y COVID-19”).
Pero ahora, la efectividad de las mascarillas se ha puesto en duda nuevamente, debido, en parte, a mensajes contradictorios de los CDC.
El 13 de mayo, los CDC actualizaron su directriz para decir que “las personas totalmente vacunadas ya no necesitan usar mascarilla ni mantener la distancia física en ningún entorno”. Pero dos meses más tarde, con los casos de COVID-19 en aumento y la variante delta convirtiéndose en la dominante en Estados Unidos, los CDC nuevamente cambiaron el rumbo, recomendando que “las personas totalmente vacunadas usen mascarilla en entornos públicos cerrados en áreas de transmisión sustancial o alta”.
Con cada decisión, funcionarios federales de salud han dicho que las directrices sobre mascarillas se fundamentan en la “evolución de la ciencia”, como el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), alguna vez lo dijo.
La ciencia en evolución también se ha convertido en una oportunidad para que quienes difunden desinformación distorsionen los hechos con cada cambio.
“No es saludable para estos estudiantes estar sentados allí todo el día, niños de seis años de edad en kinder cubiertos con mascarillas”, dijo el gobernador de Florida Ron DeSantis durante un discurso el 28 de julio en Utah, repitiendo una afirmación infundada sobre salud que hemos desmentido previamente.
El 11 de agosto, el senador Rand Paul fue suspendido de YouTube por una semana después de hacer declaraciones incorrectas sobre la efectividad de las mascarillas. “La mayoría de las mascarillas que usted obtiene en las tiendas no funcionan. No previenen la infección”, dijo Paul en el video, citando como evidencia un estudio danés que, tal como escribimos el año pasado, ha sido distorsionado por quienes critican los mandatos de uso de mascarillas.
Al revisar nuestro trabajo sobre las mascarillas, hemos visto que las afirmaciones falsas y tendenciosas sobre mascarillas suelen agruparse en cuatro categorías: distorsiones de la ciencia, tergiversación de directrices gubernamentales, afirmaciones de que está demostrado que el uso de mascarillas no es efectivo y afirmaciones de que el uso de mascarillas incrementa los riesgos a la salud.
Algunas categorías se superponen. Por ejemplo, afirmaciones que distorsionan investigaciones científicas lo hacen para concluir, incorrectamente, que se ha determinado que las mascarillas no son efectivas o, incluso, peligrosas.
A continuación resumimos parte de nuestro trabajo realizado durante los últimos 16 meses, según las categorías de desinformación sobre las mascarillas.
Distorsiones de la ciencia/Se ha comprobado que las mascarillas son inefectivas
Estudio de los CDC distorsionado para afirmar que las mascarillas tienen ‘impacto insignificante’
Afirmación: Algunos medios de comunicación conservadores y usuarios de redes sociales afirmaron falsamente en marzo que los CDC concluyeron que las mascarillas tienen un “impacto insignificante” en los efectos del COVID-19 y que los mandatos de uso de mascarillas “no causan diferencia estadística”.
Realidad: El estudio de los CDC en realidad determinó que los mandatos estatales para usar mascarillas estuvieron asociados con reducciones significativas de la tasa de aumento diario de casos y muertes por COVID-19. Las conclusiones sustentaron la premisa de que los mandatos de uso de mascarillas ayudan a limitar la exposición potencial al virus SARS-CoV-2, lo cual por lo tanto reduce la propagación de la enfermedad, COVID-19.
El estudio determinó que los mandatos de uso de mascarillas estuvieron asociados con una reducción de medio punto porcentual en las tasas de aumento diario de casos de COVID-19 durante los primeros 20 días. Las reducciones en la tasa de aumento de casos se incrementaron a lo largo del tiempo, alcanzando 1,8 puntos porcentuales entre los 81 y 100 días posteriores a la entrada en vigencia.
Sin embargo, medios conservadores afirmaron que los CDC dijeron que las mascarillas tienen “escaso” impacto, equiparando erróneamente la reducción en la tasa de aumento de casos y muertes diarias con una reducción en la cantidad de casos y muertes.
Debido a que “la tasa de aumento es exponencial”, el impacto se acrecienta, nos dijo José Luis Jiménez, químico atmosférico y analista en la Universidad de Colorado Boulder que no participó en el estudio. “Entonces, es como su hipoteca: si su interés cambia un poquito, termina ahorrando un montón de dinero. Porque los casos se multiplican”.
Para más información, lea “Publicaciones distorsionan estudio de los CDC que respalda mandato de uso de mascarilla”, 24 de marzo de 2021.
Estudio danés no comprobó que las mascarillas ‘no funcionan’
Afirmación: Noticias sobre los resultados de un ensayo controlado aleatorio en Dinamarca para medir el desempeño de las mascarillas llevaron a algunos a concluir erróneamente que las mascarillas son inefectivas contra el coronavirus. Mensajes en las redes sociales, por ejemplo, citaron el estudio para afirmar que el ensayo “demuestra que las mascarillas NO protegen contra el COVID” o que las mascarillas “no funcionan”.
Realidad: Los científicos señalan que esa conclusión es errada, e incluso los autores del estudio dicen que los resultados no deben interpretarse como que no se debe usar mascarillas.
El ensayo danés fue publicado en Annals of Internal Medicine el 18 de noviembre junto a dos editoriales para brindar más contexto sobre las conclusiones.
El ensayo evaluó si el proporcionar mascarillas quirúrgicas gratuitas a voluntarios y el recomendar su uso los protegía del coronavirus, además de otras recomendaciones sanitarias. El estudio no halló un efecto protector estadísticamente significativo para los usuarios, pero el ensayo fue diseñado para detectar solamente un efecto importante, de al menos 50%. Y el estudio no abordó la capacidad de las mascarillas para prevenir la propagación del virus desde los usuarios a terceros, lo que es conocido como control de las fuentes de infección, considerada la manera principal en que funcionan las mascarillas.
Como resultado, lo máximo que puede decirse es que este estudio específico no concluyó que las mascarillas tuvieron un gran efecto protector para sus usuarios, no que las mascarillas no protegen en lo absoluto o que no benefician a terceros. Y en aquel momento, las autoridades danesas no recomendaban mascarillas a la población general, así que los participantes en el estudio probablemente interactuaron con personas sin mascarillas.
Para más información, lea “Estudio danés no demuestra que las mascarillas no protegen contra el coronavirus”, 25 de noviembre del 2020.
Fauci se basó en la ciencia, recomendaciones de los CDC sobre mascarillas
Afirmación: “Fauci mintió” sobre las mascarillas cuando escribió en un correo electrónico el 5 de febrero del 2020 que las mascarillas “son realmente para las personas infectadas, para evitar que propaguen la infección a personas no infectadas, y no para proteger a personas no infectadas de contraer la infección”.
Realidad: Los comentarios públicos de Fauci al comienzo de la pandemia sobre mascarillas han sido distorsionados repetidamente. Sus comentarios sobre mascarillas han sido consistentes con la información sobre la transmisión del SARS-CoV-2 disponible en el momento.
El correo electrónico del 5 de febrero del 2020, difundido en respuesta a solicitudes de periodistas en el marco de la Ley de Libertad de Información, fue redactado antes de que los CDC empezaron a recomendar el uso de mascarillas a la población general. En aquel momento, al comienzo de la pandemia, los CDC recomendaron mascarillas para funcionarios de la salud y aquellos que tuvieran COVID-19 y exhibieran síntomas.
El 3 de abril, los CDC modificaron su postura inicial y anunciaron que recomendarían a las personas usar mascarillas en público, citando nuevos estudios sobre la transmisión del virus que causa el COVID-19.
Así que el correo electrónico de Fauci coincidía con la directriz al público en ese momento. Fauci también fue consistente cuando dijo al programa “60 Minutes” en marzo del 2020 que “las mascarillas son importantes para que alguien que está contagiado no contagie a alguien más”.
Para más información, lea “Redes sociales y comentaristas distorsionan correos de Fauci”, 17 de junio de 2021, “Video se equivoca sobre Fauci, COVID-19,” 12 de febrero de 2021, y “Video desactualizado de Fauci sobre mascarillas es compartido fuera de contexto”, 19 de mayo de 2020.
Distorsión de conclusiones sobre aplicación de medidas para la protección personal
Afirmación: En un video viral, el ex periodista televisivo Ben Swann argumentó de forma errónea que se ha demostrado la ineficacia de las mascarillas para detener la propagación del COVID-19, citando estudios de 2019 y 2020 que según él muestran que “el uso mascarillas N95 no marcaba una diferencia sustancial”.
Realidad: El estudio de 2019 comparó el desempeño de mascarillas N95 y de mascarillas quirúrgicas en trabajadores de la salud en la prevención de infecciones de influenza y “otras infecciones respiratorias virales en entornos diversos geográficamente y con pacientes de alta exposición”. El estudio no examinó el uso de mascarillas como control de las fuentes de infección para contener la propagación del virus en la población general. Tampoco incluyó un grupo de personas que nunca usó mascarillas, así que los resultados para quienes usaron mascarillas quirúrgicas o mascarillas N95 no pueden compararse a los resultados de personas que no usaron mascarillas.
El “estudio” del 2020 es en realidad una revisión de varios estudios.
La revisión incluyó un solo estudio no enfocado en trabajadores de la salud. Ese estudio, publicado en 2009, evaluó el uso de mascarillas en hogares con un niño enfermo y determinó que si las mascarillas no son usadas constante y correctamente, no son efectivas para controlar la propagación de virus estacionales. “Sin embargo”, el estudio concluyó que “durante una pandemia grave, cuando el uso de mascarillas puede ser mayor, la transmisión pandémica en los hogares puede reducirse”.
Para más información, lea “Video distorsiona la ciencia que sustenta el uso de mascarillas”, 24 de julio de 2020.
Distorsiones de la ciencia/Uso de mascarillas incrementa riesgos a la salud
‘Estudio’ falso, y posteriormente eliminado, da prominencia a afirmaciones falsas sobre perjuicios
Afirmación: En abril, titulares virales afirmaron erróneamente que un “estudio de Stanford” demostró que las mascarillas son inefectivas y peligrosas. Entre otras cosas, el documento señaló que las mascarillas “restringen la respiración, causando hipoxia e hipercapnia.” Hipoxia es el término para oxígeno insuficiente en la sangre; hipercapnia es la presencia de demasiado dióxido de carbono en el flujo sanguíneo.
Realidad: El documento citado en los mensajes virales no era un “estudio” original, sino la hipótesis de una persona, o una explicación propuesta, fundamentada en una revisión de la literatura científica existente. La hipótesis fue publicada originalmente en línea en noviembre por la revista Medical Hypotheses, pero el editor posteriormente retiró el texto y ofreció una disculpa a sus lectores.
En cuanto a la posibilidad de que las mascarillas causen niveles peligrosos de oxígeno, los expertos han refutado reiteradamente esa afirmación.
“El personal sanitario ha usado mascarillas durante periodos prolongados por muchos años sin reacciones adversas a la salud”, indica el sistema de salud Mayo Clinic. “Los CDC recomiendan usar mascarillas de tela en espacios públicos y esta opción permite respirar fácilmente”.
Para más información, lea “Artículos citan incorrectamente un ‘estudio de Stanford’ y desinforman sobre mascarillas”, 4 de mayo de 2021.
Afirmación infundada sobre deformidades faciales
Afirmación: En un video transmitido en vivo el 11 de febrero por Facebook y visto más de 70.000 veces, el quiropráctico Eric Nepute enumera una lista de 20 razones para no usar mascarillas, incluyendo esta distorsión: “Deformidades faciales. Colocar mascarillas a los niños provoca que respiren por la boca, lo cual está demostrado que causa adelgazamiento del rostro, adelgazamiento de la boca, paladar ojival, maloclusiones dentales… y la lista sigue. Esto es según la revista de Odontología General. Ellos dicen que usted no debería usar una”.
Realidad: Nepute, imputado por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) por violar leyes de protección al consumidor al comercializar engañosamente productos para tratar o prevenir el COVID-19, se refiere a la revista de la Academy of General Denistry, la cual no recomendó abstenerse de usar mascarillas. El reporte mencionado no evaluó el uso de mascarillas de ninguna manera.
En cambio, el reporte del 2009 evaluó la consecuencias de la respiración por la boca en niños.
El Dr. Callan White, dentista y portavoz nacional de la Academia de Odontología General, nos dijo que lo afirmado en el video requiere “saltar a varias conclusiones”. No hay evidencia científica de que los niños respiren solamente por la boca cuando usan mascarilla o de que lo hagan de manera tan prolongada como los niños que lo hacen de manera crónica, agregó White.
“Los niños que padecen estos desórdenes no pueden respirar por la nariz para nada, o muy poco, permanentemente. Este desorden provoca consecuencias más nocivas durante la noche, cuando el niño duerme”, dijo. “Hay una diferencia sustancial en la frecuencia y la duración del hábito” de respirar por la boca debido al uso de mascarillas.
Afirmación falsa de que las mascarillas causan ‘infecciones bacteriales’
Afirmación: Nepute también aseveró equivocadamente que “ah, y por cierto, esa fue la causa número uno de muertes durante la pandemia de influenza de 1918. No el virus, sino que las infecciones bacterianas. Estas mascarillas están causando esto”.
Realidad: En 2008, investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas publicaron un estudio que concluyó que la mayoría de las muertes ocurridas durante la pandemia de 1918 probablemente fueron causadas por una neumonía bacteriana secundaria después de contraer la influenza.
“La neumonía fue provocada cuando bacterias que normalmente habitan en la nariz y la garganta invadieron los pulmones a través de una vía creada por el virus, al destruir las células que unen los tubos bronquiales y los pulmones”, dijeron los Institutos Nacionales de Salud en un comunicado que explicaba el estudio.
Así que sugerir que la influenza no tuvo lugar en esas muertes es errado. Además, el estudio no hizo mención alguna a las mascarillas.
Para más información, lea “Video difunde información falsa y engañosa sobre mascarillas”, 25 de febrero del 2021.
‘Prueba’ con detector de gas llega a conclusión errada
Afirmación: En un video, Jeff Neff, bombero y presidente del concejo municipal en Sewickley, Pensilvania, usó un artefacto para detectar niveles de gas y sugirió erróneamente que las mascarillas reducen el oxígeno a niveles peligrosos.
Realidad: Thomas Fuller, profesor de ciencias de la salud en la Universidad Estatal de Illinois que revisó el video a pedido de FactCheck.org, nos dijo que Neff midió incorrectamente su exhalación. Fuller dijo que las moléculas de oxígeno son lo suficientemente pequeñas para atravesar las mascarillas cuando el usuario inhala.
“Él está realmente mal informado y poco calificado” para realizar esa prueba, dijo Fuller, miembro de la Asociación Estadounidense de Higiene Industrial.
MSA Safety, el fabricante del artefacto usado por Neff, un ALTAIR 5X Multigas Detector, también nos dijo que el producto “no está diseñado para el uso mostrado” en el video.
Para más información, lea “Video presenta prueba errada sobre mascarillas, niveles de oxígeno,” 2 de julio del 2020.
Afirmación engañosa sobre un ‘mayor riesgo de contaminación’
Afirmación: En un video viral, visto cientos de miles de veces en Facebook y YouTube antes de que este último lo removiera por violar los estándares de la plataforma, el ex periodista televisivo Ben Swann dijo que el “uso impropio de la mascarilla lo expone a usted a un riesgo mayor de contaminación”, citando un “estudio que también fue hecho en 2020 … por un grupo de investigadores en Hong Kong”.
Realidad: Esta fue una revisión de estudios previos, no un estudio nuevo, y evaluó principalmente la efectividad de varios métodos para responder a una pandemia de influenza, incluyendo usar mascarilla, lavarse las manos, cubrirse al toser y estornudar, y limpiar superficies.
La posibilidad de que usar una mascarilla inapropiadamente pueda poner a alguien en riesgo de contaminación se menciona en una oración del documento, el cual cita directrices provisionales de la Organización Mundial de la Salud para responder a la pandemia del H1N1 en 2009. El documento de dos páginas de la OMS no explica en qué se fundamenta esa advertencia, pero especifica buenas prácticas sobre el uso de mascarillas para la población general.
“Si las mascarillas se utilizan, el uso y descarte apropiados son esenciales para garantizar que sean potencialmente efectivos y para evitar cualquier incremento en el riesgo de transmisión asociada con el uso incorrecto de mascarillas” tales como tocarse la mascarilla o reutilizar mascarillas desechables, recomienda la OMS.
El estudio de 2015 no fundamenta un supuesto riesgo
Afirmación: En su video, Swann también citó un estudio del 2015 como evidencia de que las mascarillas aumentan el riesgo de contaminación, al decir que: “El uso de mascarillas de tela no solo no previene la propagación de un virus, sino que puede, de hecho, exponerlo a un mayor riesgo de contraer el virus”.
Realidad: De nuevo, este estudio no evaluó el efecto de las mascarillas como control de la fuente de infecciones para retrasar la propagación de un virus, que es la razón por la cual los CDC recomiendan usarlas. El estudio midió la efectividad de las mascarillas para impedir que los trabajadores de la salud se enfermaran. El estudio no incluyó a un grupo que no haya usado mascarillas, así que no pudo establecer si las mascarillas de tela pueden ofrecer más protección que el no usar mascarilla.
El estudio concluyó que “la retención de humedad, la reutilización de mascarillas de tela y una filtración deficiente pueden resultar en un mayor riesgo de infección”. Pero dijo que “es necesario investigar más para documentar el uso amplio de las mascarillas de tela en el planeta”.
Este año los autores del estudio difundieron, además, un comunicado para aclarar dudas sobre sus conclusiones del 2015 en relación al COVID-19. Los autores explicaron que, en el estudio que realizaron en Vietnam, las mascarillas de tela tal vez no fueron lavadas lo suficiente y que la efectividad de una mascarilla puede cambiar dependiendo del material y la cantidad de capas utilizadas.
Raina MacIntyre, la investigadora principal en ese estudio, aclaró en un correo electrónico a FactCheck.org que “las conclusiones del estudio no pueden extrapolarse a la comunidad, o a todas las mascarillas de tela”. Agregó que “también está el asunto del control de las fuentes de infección, es decir, la prevención de la propagación a partir de una persona infectada. Cubrir el rostro brinda una barrera física”.
Para más información, lea “Video distorsiona la ciencia detrás de las mascarillas”, 24 de julio del 2020.
Usuarios de mascarillas no pueden infectarse a ellos mismos con SARS-CoV-2
Afirmación: En un documental repleto de falacias titulado “Plandemia”, Judy Mikovits, una ex investigadora sobre fatiga crónica, sugirió erróneamente que las personas que usan mascarillas pueden infectarse con su propio aliento. “Usted se va enfermando con sus propias expresiones de coronavirus reactivadas y si resulta ser SARS-CoV-2, entonces tiene un gran problema”, dijo.
Realidad: Los expertos nos dijeron que la sugerencia de que simplemente por respirar a través de una mascarilla uno pueda autoinfectarse no cuadra con la ciencia. Lisa Brosseau, experta en protección respiratoria y enfermedades infecciosas, dijo que los virus “necesitan de células vivas para replicarse”.
“No hay nada mágico en nuestro aliento que ‘active’ o ‘reactive’ un virus”, dijo Brosseau.
Para más información, lea “Las falsedades del video ‘Plandemia’”, 8 de mayo del 2020.
Distorsión de directrices gubernamentales
Malinterpretación del mandato de usar mascarillas en el transporte público
Afirmación: Páginas web poco confiables y un popular video de YouTube difundieron la idea falsa de que los CDC emitieron una “exigencia” para que los usuarios de transporte público usen dos mascarillas.
Realidad: Los CDC emitieron una orden el 29 de enero “exigiendo el uso de mascarillas por parte de personas en unidades de transporte público o en las instalaciones de puntos de conexión para detener la propagación del virus que causa COVID-19”.
La orden de los CDC para los usuarios del transporte público definió “mascarillas” como “un material que cubre la nariz y la boca de la persona, excluyendo los cobertores faciales”. Una nota de pie de página agregó: “Las mascarillas pueden ser de fabricación industrial o casera y deben consistir de una pieza de material sólido sin ranuras, válvulas exhaladoras o perforaciones”.
La directriz de los CDC emitida junto a la orden señaló que las mascarillas de tela, entre otros atributos, “deben ser elaboradas con dos o más capas de una tela transpirable de tejido estrecho”. Pero una mascarilla “confeccionada con dos o más capas” no es lo mismo que dos mascarillas, como el video y los titulares afirmaron.
Para más información, lea “Titulares desvirtúan realidad sobre directriz de los CDC para uso de mascarillas”, 12 de febrero del 2021.
Distorsión de la autorización de uso de emergencia emitida por la FDA para mascarillas no quirúrgicas
Afirmación: Un meme sugirió que las mascarillas son inútiles contra el COVID-19, citando una etiqueta requerida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para las mascarillas no quirúrgicas.
Realidad: El 24 de abril del 2020, la FDA emitió una autorización de uso de emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) para mascarillas no quirúrgicas que estaban “solamente autorizadas para el uso del público general y personal médico como control de la fuente de infecciones”, lo cual significa “prevenir la transmisión de infección a través de las secreciones respiratorias de una persona cuando habla, tose o estornuda”. Las mascarillas no quirúrgicas “no estaban autorizadas para ser equipo de protección personal” del personal médico.
La EUA especificó que los fabricantes de mascarillas no médicas comercializadas para el uso del público deben aclarar a los consumidores que las mascarillas no deben ser usadas en un entorno clínico. Los memes desvirtuaron esa advertencia de la FDA para afirmar que las mascarillas no sirven para nada.
Para más información, lea “Meme distorsiona la eficacia de las mascarillas durante la propagación del COVID-19”, 19 de julio de 2020.
Afirmaciones distorsionadas sobre el riesgo mayor del COVID-19
Afirmación: En su video, Nepute también citó a “funcionarios de salud pública en Ontario” para afirmar que “el uso de mascarilla entre el público puede asociarse con el … aumento (del riesgo) teórico de COVID-19”.
Realidad: Esa es una referencia a un documento emitido en septiembre por la secretaría de Sanidad de Ontario (PHO, por sus siglas en inglés), el cual compartía la información que ese organismo tenía en ese entonces sobre el uso de mascarillas para controlar la propagación del coronavirus, incluyendo los beneficios, que Nepute no menciona.
En cambio, Nepute se concentra en un segmento del documento que dice: “el uso colectivo de mascarillas podría asociarse a un aumento del riesgo teórico de COVID-19 a raíz de una disminución en la distancia física entre las personas y el riesgo de autocontagio”.
Eso significa que las personas que usan mascarillas tal vez no mantengan una distancia física respecto a otras personas. Pero es por eso que las autoridades sanitarias recomiendan usar mascarillas además de, y no en lugar de, mantener una distancia de 6 pies (2 metros) de los demás.
Y el autocontagio “se refiere a la evidencia que muestra la frecuencia del comportamiento de tocarse el rostro en líneas generales”, nos dijo la secretaría de Sanidad de Ontario.
El ente indicó que “el punto sobre el ‘aumento del riesgo teórico’ ha sido descontextualizado”.
“Si el exterior de una mascarilla está contaminado, habría un riesgo teórico de que al tocar la mascarilla y luego tocar el rostro se podría producir una exposición al virus … la mitigación es lavarse las manos con frecuencia”, nos dijo la agencia.
Para más información, lea “Video difunde información falsa y engañosa sobre mascarillas”, 25 de febrero de 2021.
Nota del editor: Haga click aquí para acceder a todas nuestras notas sobre el uso de mascarillas.
Traducido por Luis Alonso Lugo.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.