Los expertos en enfermedades infecciosas dicen que las bajas tasas de vacunación, la resistencia a medidas de protección tales como usar una mascarilla y la muy infecciosa variante delta son las causas del actual repunte de casos de COVID-19 en Estados Unidos.
Pero con numerosos republicanos criticando al gobierno de Biden por el incremento de inmigrantes, algunos de los cuales padecen COVID-19, muchos estadounidenses, especialmente los no vacunados y los republicanos, aparentemente creen que esos inmigrantes son los causantes del repunte del COVID-19.
Una encuesta reciente realizada por la Kaiser Family Foundation (KFF) determinó que el 55% de los republicanos dicen que los “inmigrantes y turistas que traen COVID-19 a EE. UU.” son “una de las principales razones del alto número de casos de COVID-19 en EE. UU.”.
Entre los adultos no vacunados, un 40% seleccionó a los “inmigrantes y turistas que traen COVID-19 a EE. UU.” como los causantes del incremento de casos de COVID-19.
No es sorprendente, considerando la retórica utilizada por algunos republicanos, incluyendo a los gobernadores Greg Abbott, de Texas; Ron DeSantis, de Florida; Kim Reynolds, de Iowa; y otros que han advertido que son los inmigrantes quienes han propagado el COVID-19 por todo EE. UU.
“Parte del problema es que la frontera sur está abierta y tenemos 88 países que están atravesando la frontera y no tienen vacunas así que ninguno de ellos está vacunado y se están dispersando por todo el país”, dijo Reynolds en julio.
“Ningún funcionario electo está haciendo más para permitir la transmisión del COVID en Estados Unidos que Joe Biden con su política de fronteras abiertas”, escribió DeSantis en una carta para recaudar fondos que envió en agosto.
“La administración Biden ha estado liberando a inmigrantes en el sur de Texas que han estado exponiendo a los texanos al COVID. Algunas de esas personas han sido colocadas en autobuses, llevando ese COVID a otros estados en Estados Unidos”, Abbott dijo a CNBC en marzo.
Hubo un repunte de nuevos casos de COVID-19 que comenzó durante la segunda mitad del verano. La cantidad de casos nuevos al día se elevó desde 12.000 a mediados de junio a cerca de 160.000 a fines de agosto y comienzos de septiembre, según las estadísticas sobre COVID de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Simultáneamente, ha habido un incremento de inmigración ilegal en la frontera suroeste, donde las detenciones de migrantes indocumentados se elevaron desde 75.000 en enero a más de 200.000 en julio, según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Pero los expertos señalan que el incremento en la inmigración ilegal no impulsa el repunte de COVID-19.
En una entrevista concedida el 3 de octubre al programa “State of the Union” de CNN, la presentadora Dana Bash preguntó al doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por sus siglas en inglés), si la mayoría de los republicanos consultados por KFF están mal informados.
“¿Son los inmigrantes una de las razones principales de la propagación del COVID-19 en Estados Unidos?”, preguntó Bash.
“No, de ninguna manera, Dana”, dijo Fauci. “Si usted mira las estadísticas y mira las personas que se han infectado, mire las personas que están en el hospital, mire las personas que han muerto, esto no es causado por los inmigrantes. Este es un problema interno en nuestro país, de la misma manera que es un problema en otros países alrededor del mundo”.
“La idea, cuando usted tiene 700.000 estadounidenses muertos y millones y millones y millones de estadounidenses infectándose, es no buscar el problema afuera”, dijo Fauci. “El problema está dentro de nuestro país. Ciertamente, los inmigrantes pueden infectarse, pero no están provocando esto. Afrontemos la realidad”.
Expertos señalan que la evidencia da la razón a Fauci.
Lo que muestran las estadísticas de casos
Según las estadísticas sobre COVID-19 de los CDC, casi todos los casos nuevos que emergen en EE. UU. son causados por la muy transmisible variante delta.
“No he visto ninguna señal filogenética de que Delta llegó desde México o América del Sur, de hecho es al contrario, las variantes que han predominado recientemente al sur de Estados Unidos son muy distintas a Delta: 20B/732A en México hasta mediados de mayo, Gamma y Lamba en Perú, Argentina y Chile, Gamma en Brasil, Mu en Colombia”, escribió en un correo electrónico a Factcheck.org Emma Hodcroft, investigadora de postdoctorado en la Universidad de Berna en Suiza y una de las fundadoras de Nextstrain, una página web para rastrear el virus. “Y no hemos visto que estas [variantes] predominen en lo absoluto en EE. UU., como pudiera esperarse si los inmigrantes portadores de esas variantes fueran la causa principal del repunte de casos en EE. UU.”.
Gráficas de variantes emergentes en distintos países a lo largo del tiempo, sustentadas en estadísticas generadas por GISAID, un repositorio internacional de genomas virales, pueden verse en una página web creada por Hodcroft, quien se refirió a la idea de que los inmigrantes provocan el auge de COVID-19 en EE. UU. como “desinformación perniciosa”.
“En cambio, el incremento de casos en EE. UU. se ha vinculado principalmente a Delta, la cual muy probablemente fue introducida desde el Reino Unido e India inicialmente, y probablemente desde otros países de Europa y poco después del mundo entero, ya que se propagó rápidamente”, nos dijo Hodcroft. “Delta de hecho se propagó relativamente tarde en América del Sur, probablemente por tener bastante menos vínculos con el Reino Unido e India, así que es muy improbable que sea la fuente de Delta para EE. UU.”.
La doctora Michele Heisler, directora médica de Médicos por los Derechos Humanos y profesora de medicina interna y salud pública en la Universidad de Michigan, coincidió.
“Como el doctor Fauci enfatizó, no hay evidencia epidemiológica de que los migrantes en la frontera sur de EE. UU. están liderando la propagación de la variante delta o de variantes previas que causan el COVID-19”, Heisler nos comunicó en un correo electrónico. “Cuando usted mira a los lugares con más infecciones de COVID-19, son todos lugares con tasas muy bajas de vacunación. Ese es el denominador común. Muchos de esos sitios están alejados de cualquier frontera internacional y en áreas rurales con muy escasa presencia de migrantes. Otras áreas contiguas a la frontera internacional tales como la frontera de California con México no han tenido altas tasas de infecciones. Las estadísticas epidemiológicas también sugieren que la variante delta se propagó en Estados Unidos antes que en México o América Latina”.
El 8 de octubre, California tenía solamente 16 casos nuevos de coronavirus por cada 100.000 residentes reportados durante los últimos siete días, superado solamente por Connecticut entre los estados con menores tasas de infección, según el mapa del COVID-19 actualizado por el New York Times.
Estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud sugieren que la variante delta pasó de EE. UU. a México, dijo Heisler.
A comienzos de julio, la coalición empresarial Americas Society/Council of the Americas reportó: “La propagación de la variante delta en América Latina ha sido limitada hasta ahora. México, actualmente experimentando su incremento de contagios, tiene la mayor cantidad de casos confirmados de la variante en la región con apenas cerca de 600 casos, probablemente debido a su proximidad a Estados Unidos donde la variante se transmite rápidamente”.
Aunque casi todos los casos de COVID-19 en EE. UU. actualmente son causados por la variante delta, calificada por los CDC como una “variante de preocupación”, los CDC también monitorean otras variantes en EE. UU. Al menos algunas de ellas parecen haber llegado a EE. UU. en vuelos internacionales y no por la frontera terrestre.
Heisler dijo que los estadounidenses que culpan a los inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera suroeste simplemente están buscando un chivo expiatorio.
“Todas las fuentes confiables de evidencia apuntan a la misma causa: las bajas tasas de vacunación son la principal causa de la propagación del coronavirus”, dijo Heisler. “Esta es una pandemia de los no vacunados, un problema de salud pública y no uno fronterizo. Los funcionarios que buscan chivos expiatorios por el COVID-19 entre solicitantes de asilo están haciendo caso omiso de la ciencia y alimentando la xenofobia y temas racistas que equiparan a los inmigrantes con vectores de enfermedades. Deberían en cambio concentrarse en mejorar la aplicación de las vacunas y fomentar medidas sanitarias de sentido común en sus comunidades”.
La situación en McAllen, Texas
Sin embargo, el flujo continuo de inmigrantes en la frontera suroeste, miles de ellos con resultados positivos en pruebas de COVID-19, está causando alarma, especialmente entre quienes viven en EE. UU. cerca de la frontera con México.
Según un comunicado de prensa emitido el 4 de agosto por la ciudad de McAllen, Texas, las organizaciones caritativas Catholic Charities y American Medical Response identificaron más de 7.000 inmigrantes con COVID-19 traídos a la ciudad desde mediados de febrero (de un total de cerca de 87.000 que pasaron por la ciudad). Aunque aquellos que dieron positivo fueron separados y aislados, las autoridades temen por los muchos inmigrantes que no son detenidos.
La mayoría de los inmigrantes detenidos son expulsados rápidamente mediante una ley de salud pública, llamada Título 42. La administración Trump comenzó a invocar la ley en marzo del 2020 para expulsar a personas en la frontera para evitar la propagación del COVID-19. El presidente Joe Biden ha seguido invocándola, controversialmente, y actualmente litiga en los tribunales para seguir empleando la ley. Durante la administración Trump, entre marzo del 2020 a enero del 2021 (más de 11 meses) hubo más de 444.000 expulsiones amparadas en el Título 42 en la frontera suroeste. Durante los siguientes siete meses, de febrero a agosto, hubo más de 690.000 durante el gobierno de Biden.
El comunicado de prensa emitido por la ciudad de McAllen dice que “la gran cantidad de inmigrantes liberados en la ciudad se ha convertido en una crisis”.
La mayor cantidad de detenciones se realizan en el sector de Rio Grande, el cual incluye a McCallen en el condado Hidalgo.
Funcionarios del condado Hidalgo que ofrecieron una conferencia de prensa el 5 de agosto, coincidieron en que el auge inmigratorio en la frontera se ha convertido en una crisis, pero advirtieron a los residentes a no culpar a los inmigrantes por el incremento de casos de COVID-19 en el condado.
El juez del condado Hidalgo, Richard Cortez, un demócrata que es el funcionario electo de mayor rango en el condado, dijo que ha visto “evidencia creciente en redes sociales y comunicaciones personales de que las personas quieren culpar al flujo actual de inmigrantes por nuestro auge de casos de COVID. Eso simplemente no es cierto”.
Cerca de un 90% de los hospitalizados por COVID-19 en el condado Hidalgo son personas no vacunadas, dijo.
“Este es un problema nuestro”, dijo. “Las cifras de COVID están aumentando porque las personas no se quieren vacunar”.
Iván Meléndez, autoridad sanitaria del condado Hidalgo, dijo durante la conferencia de prensa que el aumento de casos de COVID-19 en el condado no es distinto a lo que ocurre en otros lugares en el país.
“¿Son los migrantes parte del problema? Claro que sí. Los migrantes son parte del problema. ¿Son ellos el problema? No”, dijo Meléndez.
Meléndez apuntó a las tasas de positividad entre los migrantes, las cuales dijo “son casi idénticas a las tasas de positividad de aquí”.
“¿Es esta una pandemia de migrantes? No. Es una pandemia de los no vacunados”, dijo Meléndez.
Conversamos con Meléndez por teléfono y dijo que, al igual que otros residentes locales, está frustrado con la respuesta del gobierno federal al aumento de inmigrantes en la frontera.
“Por supuesto que eso va a tener un impacto en las personas de aquí”, dijo. “Usted no puede negar eso. Tiene que haber algún impacto. ¿Pero son ellos la causa del problema? No”.
Los migrantes conforman el 3% de los hospitalizados por COVID-19 en el condado, dijo y agregó que “no estamos viendo mutaciones nuevas a lo largo de la frontera que no hayamos visto en otros sitios de EE. UU.”.
“Sigo oyendo, ‘si no fuera por esos inmigrantes no tendríamos este problema’”, dijo Meléndez. “Aquí en el epicentro, eso simplemente no es factual. Simplemente no es cierto”.
Traducido por Luis Alonso Lugo.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.