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El exsecretario de Estado de Estados Unidos Colin Powell murió debido a complicaciones del COVID-19. Aunque estaba completamente vacunado, también tenía 84 años y era paciente de cáncer, habiéndose sometido a un tratamiento de mieloma múltiple; ambos factores aumentaron su riesgo de desarrollar una infección grave a pesar de estar vacunado. Su muerte no significa que las vacunas contra el COVID-19 no funcionen, como sugieren muchas publicaciones en las redes sociales.
Historia completa
La familia de Colin Powell anunció su muerte el 18 de octubre debido a “complicaciones por el Covid 19”. No compartieron mucha información en primera instancia, pero la familia señaló que el exsecretario de Estado y presidente del Estado Mayor Conjunto estaba completamente vacunado.
Horas más tarde se supo que Powell, que tenía 84 años, padecía de mieloma múltiple, un tipo de cáncer de la sangre poco común que debilita el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de padecer COVID-19 grave y reduce la efectividad de la vacuna.
Powell también tuvo cáncer de próstata en 2003 y estaba bajo tratamiento para la enfermedad de Parkinson en fase temprana, según su asistente por muchos años Peggy Cifrino.
Sin embargo, a raíz de la noticia muchas personas en las redes concluyeron erróneamente que la muerte de Powell era una prueba de que las vacunas contra el COVID-19 no funcionan.
“Completamente vacunado, Colin Powell muere a los 84 años de covid. ¡Confía en la ciencia!”, dice una sugerente publicación en Facebook que fue compartida más de 500 veces.
“Colin Powell murió de COVID y estaba completamente vacunado. Entonces, ¿qué sentido tiene vacunarse?”, preguntó otra persona en Twitter.
El presentador de Fox News, John Roberts, también intervino en la plataforma con un tuit que luego fue borrado: “El hecho de que Colin Powell muriera a causa de una infección de COVID estando vacunado plantea nuevas preocupaciones sobre la eficacia de las vacunas a largo plazo”.
En un tuit posterior que también ha sido borrado, Roberts dijo que eliminó el primer tuit porque “muchas personas lo interpretaron como anti-vacunación” y agregó que no lo era y que él había alentado a la gente a vacunarse y tenía planeado recibir una vacuna de refuerzo “tan pronto como fuera posible”.
Pero en lugar de demostrar que las vacunas contra el COVID-19 no funcionan, los expertos dicen que la muerte de Powell subraya la necesidad de que más personas se vacunen para no solo protegerse a sí mismos, sino que también a los demás, especialmente a los más vulnerables.
“La continua vulnerabilidad de los pacientes con mieloma múltiple (y muchos otros pacientes inmunodeprimidos) frente al COVID19 grave, incluso después de vacunarse, es una de las razones por lo cual es tan importante que las personas sanas se vacunen”, dijo en una declaración a FactCheck.org el Dr. Alfred L. Garfall, experto en mieloma múltiple en el Centro Abramson de Cáncer de Penn Medicine. “Incluso una infección leve en una persona sana no vacunada puede transmitir una infección mortal a un paciente inmunodeprimido vacunado. La mejor manera de proteger a nuestros semejantes inmunodeprimidos es que la población en general reciba estas vacunas que son extraordinariamente seguras y eficaces”.
Proteger a los inmunodeprimidos mediante la vacunación también es lo mejor para todos, afirman los científicos, porque las infecciones crónicas en personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden ser una de las formas en que evolucionan las nuevas variantes del virus.
Powell se desempeñó como asesor de seguridad nacional del presidente Ronald Reagan, como presidente del Estado Mayor Conjunto bajo los presidentes George H.W. Bush y Bill Clinton, y como secretario de estado de George W. Bush. Fue el primer hombre negro en ocupar cada puesto. También fue un general de cuatro estrellas en el Ejército de Estados Unidos.
Las vacunas contra el COVID-19 son efectivas
Cualquier muerte causada por el COVID-19 después de estar vacunado, incluso una de alto perfil, no es prueba de que las vacunas no funcionen. Ninguna vacuna es infalible y se prevén algunas infecciones, incluso algunas que terminen en la muerte, después de la vacunación. La vacunación reduce en gran medida el riesgo de infecciones y de enfermedades, pero no puede eliminarlo.
Los datos muestran que las vacunas están funcionando notablemente bien en proteger a las personas de infecciones, enfermedades graves y de la muerte, incluso contra la altamente contagiosa variante delta.
Según las últimas cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en el mes de agosto, cuando la variante delta representaba casi todas las infecciones, las personas no vacunadas tenían 6,1 más probabilidades de dar positivo en la prueba de infección por coronavirus y 11,3 más probabilidades de morir de COVID-19 que los completamente vacunados.
Si bien es probable que haya una disminución de la inmunidad otorgada por la vacuna contra la infección en el tiempo, la evidencia hasta el momento indica que las vacunas siguen ofreciendo una protección alta contra enfermedades graves.
Sin embargo, hay datos que sugieren que algunas personas inmunodeprimidas, incluyendo aquellas en tratamiento por cánceres de la sangre como el mieloma múltiple, no generan una respuesta inmunitaria eficaz después de seguir el régimen de vacunación estándar, y que una fracción de ellas puede beneficiarse de una dosis adicional.
Basándose en esta información, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó una tercera dosis de refuerzo de las vacunas de ARNm de Pfizer/BioNTech y de Moderna para estos pacientes.
Powell recibió su segunda dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech en febrero, pero aún no había recibido un refuerzo. Cifrino dijo a varios medios de comunicación que tenía programado hacerlo la semana antes de morir, pero para entonces ya había comenzado a sentirse enfermo.
Powell corría más riesgo
Los expertos dicen que Powell, al ser paciente de mieloma múltiple, corría mayor riesgo de no responder eficazmente a la vacuna y de desarrollar COVID-19 grave en caso de una infección.
“Estos pacientes tienen dos impedimentos en su contra”, dijo en una entrevista telefónica el Dr. Edward A. Stadtmauer, jefe de sección de enfermedades hematológicas malignas en Penn Medicine.
El cáncer afecta principalmente a un tipo de célula B conocida como célula plasmática, que es una célula en la médula ósea que combate infecciones produciendo una gran cantidad de anticuerpos protectores. Por lo tanto, los pacientes con mieloma múltiple son más susceptibles a todo tipo de infecciones porque el crecimiento descontrolado de células plasmáticas cancerosas anega a otras células plasmáticas que, de otro modo, entrarían en acción una vez una persona está infectada.
“Por definición esta es una enfermedad en la que los pacientes están inmunodeprimidos porque las células que normalmente producen anticuerpos son anormales”, dijo Stadtmauer.
Además, añadió, los tratamientos estándar para el mieloma múltiple suprimen el sistema inmunológico ya que se enfocan en las células plasmáticas, pero no son buenos a la hora de distinguir las células sanas de las cancerosas.
No está claro qué tratamiento había recibido o estaba recibiendo Powell, pero el Washington Post informó que “había sido tratado con éxito … durante dos o tres años”, según Cifrino.
Kathy Giusti, fundadora de la Fundación para la Investigación del Mieloma Múltiple, comentó que Powell fue diagnosticado en 2019 y le dijo al New York Times que “estaba recibiendo tratamiento para el mieloma múltiple, pero parecía estar respondiendo bien”.
Si bien Stadtmauer no pudo comentar sobre el caso específico de Powell, el experto dijo que incluso si un paciente con mieloma múltiple está en remisión, la probabilidad de que su sistema inmunológico sea completamente normal es “muy baja”.
“Una de las características particulares de la terapia del mieloma es que cada vez damos más de lo que llamamos terapia continua … para seguir eliminando las últimas células anormales en el sistema”, dijo. “Sin duda considero que alguien que tiene mieloma está efectivamente inmunodeprimido por el resto de su vida”.
Afortunadamente, dijo Stadtmauer, la enfermedad es cada vez más tratable, pero lamentablemente continúa siendo incurable.
Investigaciones preliminares corroboran la idea de que muchos pacientes con mieloma múltiple tienen peores resultados frente al COVID-19 que otros.
Una encuesta internacional sobre los resultados de 650 pacientes con trastornos de células plasmáticas publicada en la revista Blood en diciembre de 2020 halló que un alto porcentaje de pacientes con mieloma múltiple hospitalizados debido al COVID-19 fallecieron (entre un 27% y un 57% dependiendo del país).
Otros estudios preliminares también apuntan a que los pacientes con mieloma múltiple y otros cánceres de la sangre tienen menos propensión a desarrollar respuestas inmunes vigorosas a la vacunación.
Solo el 45% de 96 pacientes con mieloma múltiple activo desarrollaron una respuesta de anticuerpos “adecuada” a las dos dosis de una de las vacunas de ARNm, y el 22% de esos pacientes solo la desarrollaron parcialmente, según un estudio publicado en la revista Leukemia en julio.
Como afirma el estudio: “los mismos mecanismos que impiden a los pacientes de mieloma múltiple defenderse de las infecciones, también reducen su capacidad de generar inmunidad tras vacunarse”.
Otros estudios tuvieron resultados menos drásticos, pero todavía preocupantes. Por ejemplo, un estudio publicado en Cancer Cell en junio encontró que tras vacunarse por completo el 15,8% de 260 pacientes con mieloma múltiple no produjeron anticuerpos detectables específicos contra el coronavirus, y que los niveles de anticuerpos en el resto de los pacientes podían variar mucho.
Otro estudio publicado en la misma revista el mes siguiente halló que el 5% de 184 pacientes con mieloma múltiple no produjeron anticuerpos específicos contra el coronavirus tras vacunarse.
Un estudio limitado de 49 pacientes con diversas formas de células B malignas también mostró que si bien las vacunas de refuerzo pueden ayudar a algunos pacientes a desarrollar anticuerpos como respuesta, el 35% no produjo anticuerpos detectables incluso después de recibir el refuerzo.
Stadtmauer dijo que en su clínica aproximadamente dos tercios de los pacientes con mieloma múltiple produjeron anticuerpos específicos contra el coronavirus después de vacunarse. La cifra se sitúa por debajo de la población general, señaló, pero sigue siendo una fracción considerable de personas y una razón más para vacunarse.
“Si hay algún grupo de pacientes que deben ponerse la vacuna contra el COVID y sus refuerzos y mantenerse alerta y buscar atención médica en cuanto tengan síntomas consistentes con el COVID, son los pacientes con mieloma”, dijo.
Además del mieloma, la edad avanzada de Powell e incluso su sexo incrementaron sus probabilidades de tener un resultado perjudicial.
Las cifras de los CDC indican que cuando ocurren infecciones graves en personas vacunadas estas ocurren principalmente en personas mayores y son más frecuentes en hombres. Por ejemplo, de las infecciones entre personas vacunadas notificadas a la agencia hasta el 12 de octubre, el 85% correspondió a personas mayores de 65 años y el 57% a hombres.
En los últimos dos meses, debido a que las personas mayores corren mayor riesgo, la FDA autorizó una tercera dosis de refuerzo de las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna para personas mayores de 65 años y otros grupos de alto riesgo.
Una segunda dosis de Johnson & Johnson también ha sido autorizada para adultos de todas las edades tras demostrarse que la inyección de dosis única, aunque eficaz, lo es menos que las vacunas de ARNm de dos dosis.
Traducido por Elena de la Cruz.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.