El 7 de enero, la Corte Suprema de Estados Unidos escuchó argumentos para dos objeciones a los intentos de la administración Biden de expandir el uso de vacunas.
Aquí presentamos los datos correctos sobre algunos de las aseveraciones realizadas por los jueces.
Niños hospitalizados con COVID
En el primero de dos casos, los jueces escucharon de abogados que intentaban bloquear la regla temporal de emergencia del Departamento de Trabajo para las empresas con cien o más empleados que requeriría a los empleados a estar completamente vacunados o a hacerse pruebas al menos una vez por semana.
En su línea de interrogación durante el caso (llamado National Federation of Independent Business v. Department of Labor), la jueza Sonia Sotomayor sobreestimó enormemente la cantidad de niños con COVID-19 que se encuentran en “estado grave”.
“Tenemos hospitales que están a punto de llegar a su máxima capacidad con personas gravemente enfermas en respiradores”, dijo. “Tenemos más de 100.000 niños, cifra que no habíamos tenido antes, en…, en estado grave y muchos en respiradores”.
De acuerdo a las estadísticas más recientes del Departamento de Salud y Servicios Sociales de EE. UU. (HHS, por sus siglas en inglés), el 10 de enero había cerca de 4.700 niños hospitalizados en centros pediátricos no ambulatorios con un “resultado positivo confirmado por un laboratorio o sospechado para el COVID-19”. Eso incluye aquellos en “camas de observación”, dijo HHS.
Ha habido un aumento preocupante en la cantidad de niños hospitalizados con COVID-19 en las semanas recientes, en especial entre los más pequeños, pero los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dice que puede ser por el aumento general de casos por la variante ómicron más que una indicación de un aumento en la gravedad para niños pequeños.
“En este momento, parece que la enfermedad grave por COVID-19 es poco común en los niños”, escribió la Academia Estadounidense de Pediatría en un informe el 4 de enero. “Sin embargo, hay una necesidad apremiante de recolectar más estadísticas para determinar la gravedad de la enfermedad relacionada con nuevas variantes y a su vez de los impactos a largo plazo de la pandemia en los niños, incluyendo formas en que el virus pueda dañar la salud física a largo plazo de niños infectados y causar efectos en su estado emocional y su salud mental”.
No obstante, la estadística de Sotomayor sobre el número de niños en “estado grave” a raíz del COVID-19 está muy lejos de ser así, asumiendo que estaba hablando sobre hospitalizaciones, como sugiere el contexto de sus comentarios.
Pero Sotomayor estaba en lo correcto en que el número de casos de niños hospitalizados con COVID-19 en este momento es el más alto hasta ahora. Lo mismo con el número de infecciones.
“Los casos de COVID-19 de niños en EE. UU. están aumentando exponencialmente, excediendo por lejos el máximo de olas pasadas en la pandemia”, reportó la Academia Estadounidense de Pediatría, citando estadísticas semanales terminando el 6 de enero que mostraban los casos casi triplicándose en el curso de dos semanas.
Según los CDC, el promedio de siete días de admisiones hospitalarias para personas de hasta 17 años de edad fue de 830 el 8 de enero. Eso marca un aumento del 34% respecto a la semana anterior. El aumento en el índice de casos en niños de 4 años o menos admitidos en hospitales e infectados por el coronavirus es especialmente preocupante.
“Las tasas de hospitalizaciones han aumentado para personas de todas las edades, y si bien los niños aun tienen la tasa de hospitalización más baja de cualquier otro grupo, las hospitalizaciones pediátricas están en el nivel más alto que en cualquier otro momento de la pandemia”, dijo la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC, en una conferencia de prensa el 7 de enero. “Lamentablemente, estamos viendo crecer las tasas de hospitalizaciones para niños de hasta cuatro años, niños que aún no son elegibles para la vacunación contra el COVID-19”.
“Todavía estamos aprendiendo sobre la gravedad de ómicron en los niños y si estos aumentos en hospitalizaciones que estamos viendo reflejan una mayor carga de la enfermedad en la comunidad o los bajos índices de vacunación para estos niños menores de 18 años”, continuó Walensky. “Actualmente, solo un poco más del 50% de los niños entre 12 y 17 están completamente vacunados, y solo el 16% de aquellos entre 5 y 11 están completamente vacunados. Sabemos que la vacunación previene enfermedades graves y hospitalizaciones. (…) Por favor, por nuestros niños más pequeños, aquellos que aún no son elegibles para la vacunación, es de vital importancia que los rodeemos de personas vacunadas para brindarles protección”.
El 9 de enero en “Fox News Sunday” le preguntaron a Walensky sobre el comentario de Sotomayor, dado que el HHS informó de solo una fracción de la cifra que citó Sotomayor para hospitalizaciones pediátricas por COVID-19.
Walensky confirmó que la cifra correcta era la menor y apuntó que “si bien las hospitalizaciones pediátricas están aumentando, todavía hay cerca de 15 veces menos hospitalizaciones que las de los grupos de mayor edad”.
“En comparación, el riesgo de muerte es bajo, pero, por supuesto, sabe, los niños no debieran morir”, dijo Walensky.
Muertes por COVID-19
Sotomayor también dijo que “ahora estamos teniendo muertes en una cantidad sin precedentes”. Eso es incorrecto. Las muertes diarias y el promedio de muertes en siete días por COVID-19 alcanzaron su punto máximo en enero de 2021.
El 13 de enero de 2021, el promedio de siete días de muertes fue de 3.421 y el número de muertes ese día fue de 4.048, de acuerdo a los CDC. Ese es el punto máximo en la pandemia del COVID-19. Al 7 de enero de 2022, el día en que Sotomayor habló, el promedio de siete días era de 1.500, con un total de muertes de 2.230 ese día. Desde entonces, el promedio de siete días ha aumentado un poco para llegar a 1.552 el 9 de enero.
Las últimas cifras son un poco más altas que las de diciembre, cuando el promedio de muertes de siete días era entre 1.100 y 1.200 en casi todo el mes. Pero las cifras no son “sin precedentes”.
Aumento de casos de COVID-19
En el segundo caso, Biden v. Missouri, los jueces discutieron sobre una objeción a la regla emitida en noviembre por la administración Biden que requiere que el personal elegible de centros de atención médica que participen en los programas de Medicare y Medicaid estén completamente vacunados contra el COVID-19.
En varios momentos de la argumentación oral para ambos casos, el juez Stephen Breyer dijo que había cerca de 750.000 casos nuevos de COVID-19 el día anterior. Y, según una medición, está en lo correcto.
“Hubo tres cuartos de millón de casos nuevos ayer. Casos nuevos. Cerca de tres cuartos, 700 y tantos miles, okay?”, dijo Breyer en NFIB v. Department of Labor. “Eso es 10 veces más que cuando OSHA puso esta regla”.
Las cifras de los CDC muestran que hubo cerca de 790.000 casos nuevos el 6 de enero, el día antes de los argumentos orales. Nosotros preferimos usar el promedio móvil de casos en siete días, que fue de 615.000 el 6 de enero.
Entonces, la cifra de 750.000 de Breyer era correcta según la primera medición. Y, si se mide así, no está tan lejos cuando dice “10 veces más que cuando OSHA puso esa regla”. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) publicó la norma el 5 de noviembre, cuando había 89.088 casos diarios. El promedio móvil de siete días era de 71.454.
Pero cualquiera sea la medición, el punto que Breyer quería hacer es correctísimo: el número de casos de COVID-19 ha ido aumentando rápidamente en los meses recientes.
(Debemos aclarar que Breyer equivocadamente dijo “750 millones casos nuevos” en un momento, lo que atrajo críticas de algunos sitios conservadores. Pero, claramente, fue un error. Mencionó la cifra 750.000 varias veces).
Efectividad de la vacuna contra la transmisión del coronavirus
En múltiples ocasiones, al discutir los mandatos de vacunación para el personal médico, la jueza Elena Kagan aludió a la habilidad de las vacunas contra el COVID-19 para prevenir la transmisión del coronavirus, o SARS-CoV-2, desde los trabajadores de la salud hacia sus pacientes.
Aunque sus comentarios estaban ligados a los argumentos legales, algunos de ellos pueden interpretarse para dejar la falsa impresión de que las personas vacunadas no puede propagar el virus.
“Bueno, todo lo que el secretario está haciendo con esto es decir a los proveedores, sabe qué, básicamente, lo que claramente no puede hacer es matar a sus pacientes”, dijo en un momento, refiriéndose al secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, que impuso el mandato en cuestión. “Entonces tiene que ponerse…, tiene que estar vacunado para no transmitir la enfermedad que puede matar a pacientes ancianos de Medicare, que puede matar a pacientes enfermos de Medicaid. Es decir, esa parece una medida de prevención de la infección bastante básica”.
Siempre ha sido posible que una persona completamente vacunada transmita el coronavirus, a pesar de que las vacunas reducen el riesgo, al menos contra la variante delta y versiones anteriores del virus.
No se sabe bien aun si las vacunas previenen la transmisión de ómicron. Varios expertos nos dijeron que se espera que las vacunas reduzcan la transmisión de ómicron, pero probablemente menos que para delta.
“Creo que es razonable sospechar que va a haber algún nivel de protección, pero es difícil decir qué nivel. Y puede que sea pequeño”, nos dijo David Dowdy, epidemiólogo de Johns Hopkins.
“La reducción de la transmisión de Ómicron mediada por la vacuna en relación con Delta o variantes anteriores es probablemente menor. Probablemente, mucho menor”, nos dijo Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Arizona, en un correo electrónico. “Pero eso no es lo mismo que cero”.
“Hay bastantes pruebas anteriores a ómicron de que las vacunas previenen la transmisión, incluso para delta. Pero lo que sabemos sobre ómicron es preliminar”, dijo el experto en enfermedades infecciones de la Universidad de Pensilvania Aaron Richterman.
La mejor evidencia hasta ahora, dijo, viene de un estudio no publicado hecho en Dinamarca que observó a la propagación de la infección ocurrida en hogares. Este encontró que las personas no vacunadas tuvieron 40% más probabilidades de transmitir la infección que aquellos que estaban completamente vacunados, que a su vez tenían cerca de 40% más probabilidades de propagarla que los que habían recibido una dosis de refuerzo.
Esto sugiere que la vacunación puede reducir la transmisión del ómicron al bajar la contagiosidad de una persona, dijo Richerman. Pero la otra manera principal en que la vacunación puede reducir la transmisión, el prevenir la infección en primer lugar, puede que no aplique con ómicron.
“Aquí es donde vamos a ver una gran disminución [en prevención de transmisión] con ómicron porque dos dosis de la vacuna realmente no previenen la infección”, dijo. “En cambio, con delta, estamos hablando de reducciones del 70, 80% en el riesgo de infección”.
Aunque es importante prevenir la transmisión viral a pacientes, esta no es la única razón por la cual hospitales pueden querer asegurarse de que su personal está vacunado. Las vacunas pueden prevenir que los centros de salud pierdan personal por largos períodos de tiempo debido a la reducción del riesgo de enfermedad grave y muerte, por ejemplo.