Mientras muchas personas en Estados Unidos y en todo el mundo se preparan para viajar y reunirse con seres queridos durante la época de vacaciones, la variante ómicron continúa causando preocupación. Si bien los datos disponibles sobre la transmisión, la eficacia de las vacunas y la gravedad de la enfermedad aún son preliminares, esto es lo que hemos aprendido hasta ahora.
Transmisión
Ómicron se ha convertido rápidamente en la variante dominante en Estados Unidos. El 1 de diciembre, el país tuvo su primer caso confirmado y para la semana que terminó el 25 de diciembre, ómicron representaba aproximadamente el 59% de los casos nuevos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). (Consulte “Proporciones de variantes”).
En general, el promedio de casos nuevos de siete días en EE. UU. debido a cualquier variante ha aumentado y sumó alrededor de 80.000 el 29 de noviembre y 135.000 el 19 de diciembre.
La Organización Mundial de la Salud dijo el 17 de diciembre que se ha identificado la variante ómicron en 89 países y que hay “pruebas consistentes” de que esta variante “tiene una ventaja de crecimiento sustancial” sobre la variante delta. “Se está propagando significativamente más rápido que la variante delta en los países con transmisión comunitaria documentada, con un tiempo de duplicación entre 1,5 y 3 días”, comunicó la OMS en un informe técnico. “Ómicron se está propagando rápidamente en los países que tienen poblaciones con altos niveles de inmunidad, y sigue siendo incierto hasta qué punto la rápida tasa de crecimiento observada puede atribuirse a que evade la respuesta inmunitaria, al aumento intrínseco de la transmisibilidad o a una combinación de ambos. Sin embargo, dados los datos disponibles actuales, es probable que la variante ómicron supere a la variante delta donde se produce transmisión comunitaria”.
Como lo explicamos en un artículo anterior sobre la variante ómicron, los científicos estaban preocupados por la facilidad con la que la variante podría transmitirse porque varias de las mutaciones presentes en el genoma, incluidas algunas en el sitio de corte de la furina del virus, se han relacionado con una mayor transmisibilidad. Este sitio es un punto en la proteína de la espícula del virus que la enzima furina corta para activar la espícula y preparar al virus para ingresar a las células.
El 15 de diciembre, investigadores de la Universidad de Hong Kong comunicaron información de un estudio de laboratorio inicial, no revisado por pares, en el que se encontró que la variante ómicron se multiplica en el tejido de las vías respiratorias 70 veces más rápido que la variante delta, o que el virus SARS-CoV-2 original, durante las primeras 24 horas, “lo que puede explicar por qué ómicron puede transmitirse más rápido entre los humanos que la variante anterior”, dijo un comunicado de prensa sobre los hallazgos.
El 14 de diciembre, investigadores del Instituto Ragon en Massachusetts y otros publicaron un estudio aún no revisado por pares que encontró que un seudovirus de la variante ómicron probado en el laboratorio era “más infeccioso” que la variante delta o la versión original del virus debido a una capacidad más eficiente para unirse al ACE2, el receptor humano que el virus utiliza para ingresar a las células. El estudio encontró que la variante ómicron era dos veces más infecciosa que la variante delta.
También hay algunos datos indicativos de que la variante ómicron podría tener un período de incubación más corto (el tiempo entre la exposición al virus y el inicio de los síntomas) que las variantes anteriores. Por ejemplo, un estudio de casos sobre la propagación de la variante ómicron en una fiesta de Navidad de una empresa en Noruega, donde el 74% de las personas que asistieron fueron más tarde casos confirmados o probables de ómicron, mostró que el período de incubación varió de cero a ocho días, pero la mediana fue de tres días. “Suponiendo que las personas que asistieron se infectaron en la fiesta, observamos que la mediana del período de incubación fue de 3 días, lo cual es corto en comparación con los informes anteriores para la variante delta y otros virus SARS-CoV-2 no delta que circularon previamente (4.3 y 5.0 días, respectivamente)”, según un artículo sobre el brote en la revista Eurosurveillance.
Al igual que con muchos aspectos de la variante, es necesario hacer más investigaciones sobre el tiempo de incubación. Pero si es más corto, no es una buena noticia en términos de la capacidad del virus para pasar rápidamente de una persona a otra. Como lo explicó The Atlantic en un artículo del 20 de diciembre:
“Se cree que estos tiempos de cocción reducidos juegan un papel importante en ayudar a las variantes del coronavirus a propagarse: con toda probabilidad, cuanto más corto sea el período de incubación, más rápido alguien se volverá contagioso y más rápido se propagará un brote”.
Eficacia de la vacuna y reinfección
Hasta ahora, los estudios de laboratorio y del mundo real, que aún no han sido revisados por pares, indican que las vacunas contra el COVID-19 son menos eficaces contra la variante ómicron, pero que las dosis de refuerzo brindan una mayor protección y es probable que las dosis primarias confieran cierta protección contra la enfermedad grave. Pero, una vez más, estos son datos preliminares, basados en estimaciones y, a menudo, en tamaños de muestra pequeños, por lo que es necesario investigar más.
Los resultados preliminares de laboratorio de investigadores sudafricanos y otros mostraron que la capacidad neutralizante contra la variante ómicron fue 41 veces menor en 12 personas vacunadas con dos dosis de la vacuna de Pfizer. También mostraron que cinco de cada seis personas que tenían inmunidad híbrida (dos dosis de la vacuna más una infección previa) tenían “títulos de anticuerpos neutralizantes relativamente altos” contra la variante ómicron.
El equipo de respuesta al COVID-19 del Imperial College London calculó que el riesgo de reinfección por la variante ómicron es 5,4 veces mayor que el riesgo de reinfección por la variante delta, según los casos confirmados por PCR en Inglaterra entre finales de noviembre y el 11 de diciembre. El estudio, que no ha sido revisado por pares, determinó que la eficacia de la vacuna contra la infección sintomática después de dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech o AstraZeneca estaría entre el 0% y el 20%. También calculó una protección del 55% al 80% contra la infección sintomática después de una tercera dosis de refuerzo.
Un estudio no revisado por pares de la compañía de seguros de salud más grande de Sudáfrica, basado en más de 211.000 pruebas de PCR positivas en las primeras tres semanas de propagación de la variante ómicron, encontró un mayor riesgo de reinfección en comparación con otras variantes. También dijo que la eficacia de la vacuna contra la enfermedad grave, que requirió hospitalizaciones durante el aumento en los casos de la variante ómicron, fue del 70% con dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, y la eficacia contra la infección fue del 33%.
A modo de comparación, se estimó que hubo una eficacia del 80% contra la infección para la ola de mediados de 2020.
El comunicado de prensa señaló que la información preliminar “puede cambiar a medida que avanza la ola”, y que los datos pueden verse afectados por el alto nivel de anticuerpos en la población general del país. En otras palabras, mientras que Sudáfrica tiene una tasa relativamente baja de vacunación, tiene una alta tasa de infección previa. Así que la mayoría de las personas tenían algún nivel de inmunidad contra el virus.
“Todavía los datos disponibles son limitados y no hay pruebas revisadas por pares sobre la eficacia teórica o la eficacia real de la vacuna hasta la fecha para la variante ómicron”, dijo la OMS el 17 de diciembre y aconsejó precaución en la interpretación de la información preliminar de Sudáfrica e Inglaterra debido a un posible “sesgo de selección” en los estudios y los “números relativamente pequeños”.
El 8 de diciembre, Pfizer anunció que las pruebas preliminares de laboratorio mostraron que las muestras de sangre de quienes solo recibieron la serie de dos dosis tuvieron “títulos de anticuerpos neutralizantes significativamente reducidos”, pero la tercera dosis de refuerzo provocó que el nivel de anticuerpos neutralizantes contra la variante ómicron fuera 25 veces mayor. El nivel de anticuerpos neutralizantes después del refuerzo fue similar al nivel contra la cepa original no mutada después de dos dosis.
Pfizer también dijo que “dos dosis aún pueden inducir protección contra la enfermedad grave” causada por la variante ómicron, porque los linfocitos T inducidos por la vacuna aún pueden en gran medida reconocer la variante ómicron. Esto sugiere que las personas vacunadas podrían montar una fuerte respuesta de linfocitos T y es poco probable que experimenten la enfermedad grave si se infectan.
Las pruebas de laboratorio evaluaron sueros de sangre de 19 personas que habían recibido su segunda dosis un mes antes y 20 personas que habían recibido su dosis de refuerzo un mes antes.
Moderna dijo el 20 de diciembre que los resultados de laboratorio de 20 personas que recibieron la dosis de refuerzo mostraron que la dosis de refuerzo autorizada de su vacuna aumentó el nivel de los anticuerpos neutralizantes contra la variante ómicron en 37 veces, en comparación con el nivel previo a la dosis de refuerzo. El director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel, dijo que los resultados eran “tranquilizadores”.
Tanto Pfizer como Moderna dijeron que continúan probando una vacuna específica contra la variante ómicron en caso de que sea necesaria.
Las pruebas de laboratorio de Moderna evaluaron muestras de sangre de personas 29 días después de que recibieron una dosis de refuerzo. El refuerzo autorizado es la mitad de la dosis de la serie inicial. Moderna también probó sueros de personas que recibieron un refuerzo que contenía la dosis completa de ARNm, como las inyecciones iniciales de la vacuna; eso aumentó los niveles de los anticuerpos neutralizantes en 83 veces. Y probó refuerzos “multivalentes”, que abordan las mutaciones de las variantes beta y delta, y encontró aumentos similares en los anticuerpos neutralizantes que con las dosis autorizadas.
Johnson & Johnson aún no ha comunicado información sobre las pruebas de laboratorio de su vacuna contra la variante ómicron.
Los investigadores del Instituto Ragon también estudiaron la capacidad de los sueros de más de 200 individuos vacunados para neutralizar seudovirus de la variante ómicron. Encontraron que las muestras de las personas vacunadas con la serie estándar de vacunas de Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson no neutralizaron la variante ómicron, pero los sueros de aquellos que habían recibido un refuerzo de una vacuna de ARNm mostraron una “neutralización potente”, similar al nivel observado con la versión original del virus.
Gravedad de la enfermedad
Los primeros informes anecdóticos y algunos estudios preliminares han sugerido que la variante ómicron podría causar una enfermedad menos grave que otras variantes, pero la virulencia aún se está estudiando.
También se han confirmado muertes debidas a la variante ómicron.
La OMS dijo el 17 de diciembre que se necesitan más datos para evaluar la gravedad de la enfermedad, pero, de todos modos, el aumento de los casos podría estresar el sistema de atención médica. “Incluso si la variante ómicron causa una enfermedad menos grave, el gran número de casos podría abrumar una vez más a los sistemas de salud no preparados”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El estudio de la Universidad de Hong Kong encontró que, si bien la variante ómicron se replicó rápidamente en tejidos de las vías respiratorias, se multiplicó más de 10 veces menos eficientemente en el tejido pulmonar humano que el coronavirus original, “lo que puede sugerir una menor gravedad de la enfermedad”, señaló el comunicado de prensa sobre el estudio.
Pero uno de los investigadores advirtió que la gravedad de la enfermedad también depende de cómo responde el sistema inmunitario humano a la infección, no solo de qué tan bien se replica el virus en el tejido. “También se observa que, al infectar a muchas más personas, un virus muy infeccioso puede causar una enfermedad más grave y la muerte, aunque el virus en sí mismo puede ser menos patógeno”, dijo el Dr. Michael Chan Chi-wai, del Centro de Inmunología e Infección del Parque Científico y Tecnológico de Hong Kong.
El Imperial College London inicialmente no encontró indicios de que la variante ómicron produjera casos menos graves que la delta, pero en un informe posterior sobre los casos identificados del 1 al 14 de diciembre, los investigadores encontraron indicios de un menor riesgo de hospitalización, en comparación con la variante delta, del 20% al 25% para cualquier visita al hospital y del 40% al 45% para las hospitalizaciones de un día o más o para aquellos registrados como “ingresados”.
Hasta el 16 de diciembre, ha habido siete muertes relacionadas con la variante ómicron en el Reino Unido y 85 hospitalizaciones, según la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido.
Los primeros datos nacionales de Escocia, que muestran 23.840 casos y 15 hospitalizaciones, sugieren una reducción de dos tercios en el riesgo de hospitalización por la variante ómicron en comparación con la variante delta. Esos datos no revisados por pares se publicaron el 22 de diciembre.
El estudio de Sudáfrica realizado por la aseguradora de salud más grande del país encontró un riesgo “significativamente menor” de enfermedad grave.
Halló un riesgo de hospitalización 29% menor por la variante ómicron en comparación con una ola de infecciones a mediados de 2020, con los datos ajustados por el estado de vacunación. Entre los casos positivos, el 41% fueron adultos que habían recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech.
Los CDC comunicaron información temprana sobre 43 casos atribuidos a la variante ómicron en Estados Unidos del 1 al 8 de diciembre, diciendo que 34 de esas personas estaban completamente vacunadas, incluidas 14 que habían recibido una dosis de refuerzo. Seis personas tuvieron una infección previa por SARS-CoV-2. Los síntomas fueron generalmente leves (tos, cansancio, congestión y secreción nasal), aunque una persona vacunada pasó dos días en el hospital. Hasta el 12 de diciembre, no hubo muertes en esos casos. Pero los CDC dijeron que “como con todas las variantes, existe un retraso entre la infección y los desenlaces más graves”.
El 20 de diciembre, murió un hombre del área de Houston infectado con la variante ómicron, posiblemente la primera muerte debida a esa variante en Estados Unidos. El Departamento de Salud Pública del Condado de Harris dijo en un comunicado de prensa que el hombre no estaba vacunado, tenía entre 50 y 60 años y había estado previamente infectado por SARS-CoV-2. También tenía afecciones médicas subyacentes, lo que lo ponía en mayor riesgo de convertirse en un caso grave.
Para obtener más información sobre la aparición de la variante ómicron y los informes iniciales sobre esta, consulte nuestro artículo del 3 de diciembre “Preguntas y respuestas sobre la variante ómicron”.
Traducido por Claudia Cohen.
Actualización del 28 de diciembre: Actualizamos este artículo con el último cálculo de los CDC para la prevalencia de la variante ómicron en Estados Unidos. En el caso de la semana que terminó el 25 de diciembre, los CDC calculan que la variante ómicron representó alrededor del 59% de los casos en EE. UU.
Al emitir su último cálculo, la agencia también revisó significativamente su cálculo para la semana anterior que terminó el 18 de diciembre. El cálculo inicial de los CDC fue del 73%, que se incluyó en este artículo. Sin embargo, los CDC ahora estiman que la prevalencia de la variante ómicron para esa semana fue del 22,5%.
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