Compendio SciCheck
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) organizaron un seminario en internet sobre el tratamiento de los coágulos sanguíneos, que se espera que aumenten a medida que la población estadounidense envejezca y la tasa de obesidad aumente. Pero algunos detractores de las vacunas tergiversaron el seminario para sugerir incorrectamente que el previsto aumento de los coágulos sanguíneos está relacionado con las vacunas contra el COVID-19.
Historia completa
Los CDC organizaron un seminario digital el 22 de septiembre sobre el tratamiento y la prevención de los coágulos sanguíneos.
Los proveedores de atención médica esperan que el número de pacientes que corren riesgo de desarrollar coágulos y que necesiten tratamiento anticoagulante, crezca significativamente a medida que la población envejezca y la tasa de obesidad aumente en las próximas décadas. Sobre este tema hablaremos más adelante.
El seminario web contó con la participación de Allison Burnett, presidenta del Foro de Anticoagulación, una organización que trabaja con proveedores de salud para mejorar la atención al paciente. Fue moderado por la Dra. Caroline Cromwell, directora médica del programa de servicios de trombosis de la red de salud Mount Sinai Health System en Nueva York.
La mayoría de los que asistieron al seminario en línea, el 73%, según una encuesta entre los usuarios, eran profesionales de la salud. La versión archivada de YouTube obtuvo 89 visitas.
Pero luego fue tergiversada.
El mismo día en que el seminario digital se hizo público, Candace Owens, una comentarista política conservadora que ha intercedido en contra de las vacunas contra el COVID-19, publicó un video en las redes sociales en el que hacía referencia a la sinopsis del seminario de los CDC (que se muestra en el tuit de la derecha) en el que se decía que el número estimado de pacientes que necesitarían tratamiento anticoagulante se duplicaría en 2050. Owens sugirió entonces, sin fundamento, que esto estaba relacionado con las vacunas. El video recibió más de 31.000 me gusta tan solo en Instagram.
Otros activistas antivacunas publicaron videos similares, como el canadiense que promueve teorías conspirativas Chris Saccoccia, que se hace llamar Chris Sky en Internet.
Un día después del seminario, Saccoccia publicó un video en Telegram en el que citaba la misma sinopsis de los CDC y decía en parte: “Así que, todos ustedes que se han vacunado. Todos ustedes que no son muy inteligentes. Todos los que se están tomando días libres para morir. ¿Adivinen qué pasó hoy? Los CDC acaban de anunciar, en su infinita sabiduría, que esperan que el número de personas que necesiten anticoagulantes, y para todos ustedes que no entienden lo que eso significa pero aun así se vacunaron porque son unos genios, eso es un tratamiento para los coágulos de sangre, los anticoagulantes son para los coágulos de sangre, así que ¿por qué los CDC anuncian que esperan que el número de personas que sufran coágulos de sangre se duplique, ¡se duplique!, justo después de las vacunas por primera vez en la historia de la humanidad?”.
Como los seguidores de Owens, los de Saccoccia respondieron con variaciones de la creencia errónea de que las vacunas contra el COVID-19 eran las culpables. El video de Saccoccia ha sido reproducido más de 24.000 veces en Telegram y copiado en Rumble.
Pero si alguno de ellos hubiera visto el seminario digital, en lugar de sacar una conclusión errónea a partir de una breve sinopsis publicada por los CDC en Twitter, se habría dado cuenta de que estudios realizados varios años antes de las vacunas contra el COVID-19, sugieren que habrá una mayor necesidad de tratamientos anticoagulantes.
La razón es que se espera que dos de las enfermedades más comunes que requieren anticoagulantes aumenten a medida que la población envejece y aumenta la obesidad, nos explicó Burnett en una entrevista telefónica. Se trata de la fibrilación auricular, o AFib, un tipo de latido irregular que puede provocar coágulos y que es más frecuente a medida que la gente envejece, y la tromboembolia venosa, o VTE (por sus siglas en inglés), que se refiere a los coágulos de sangre que se originan en una vena. Los factores de riesgo de la VTE son la obesidad, la hospitalización y la edad.
Juntas, estas dos afecciones aumentarán el número de pacientes que necesitarán anticoagulantes, dijo Burnett.
Ese aumento de los tratamientos anticoagulantes no tiene nada que ver con las vacunas contra el COVID-19, dijo.
De hecho, dijo que es mucho más probable que una persona tenga un coágulo de sangre después de infectarse con COVID-19 que después de vacunarse.
“Así que el mensaje es: vacúnese para evitar los coágulos de sangre”, ya que infectarse puede aumentar el riesgo de coágulos, dijo Burnett.
Ese mensaje está respaldado por un estudio británico publicado el 19 de septiembre en Circulation, una revista de la American Heart Association, que determinó que la incidencia de coágulos “sigue siendo elevada hasta 49 semanas después del diagnóstico de COVID-19”. El estudio concluye: “Estos resultados apoyan las políticas para prevenir el COVID-19 grave mediante vacunas contra el COVID-19, la revisión temprana tras el alta, el control de los factores de riesgo y el uso de agentes preventivos secundarios en pacientes de alto riesgo”.
Merece la pena señalar, como hemos explicado antes, que una de las vacunas disponibles en EE. UU., fabricada por Johnson & Johnson, puede causar un tipo específico de coagulación que se ha observado sobre todo en un grupo de personas: las mujeres menores de 50 años. Pero la afección es muy rara, y en diciembre los CDC recomendaron las dos vacunas de ARNm sobre la de Johnson & Johnson. Solo un 3% de las dosis de las vacunas administradas en EE. UU. han sido de Johnson & Johnson.
Esta no es la primera vez que vemos este tipo de tergiversación de los mensajes de los CDC.
En febrero, publicaciones en línea vincularon erróneamente una campaña de salud pública de los CDC sobre la trombosis venosa profunda con las vacunas contra el COVID-19. Pero, como hemos explicado, la coagulación de la sangre en las venas profundas es una condición médica relativamente común. Los CDC se limitaron a tuitear un enlace a su página sobre esta grave afección en un intento de concienciación. El tuit tampoco tenía nada que ver con las vacunas contra el COVID-19.
Traducido por Elena de la Cruz.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.