Compendio SciCheck
Las vacunas contra el COVID-19 usadas en la actualidad deben administrarse mediante una inyección. Sin embargo, publicaciones en Instagram sugieren infundadamente que Bill Gates y George Soros usarán pruebas de COVID-19 para vacunar secretamente a personas que aún no han recibido las inyecciones. No hay evidencia que sostenga esta teoría de la conspiración y los científicos dicen que tratar de administrar una vacuna con un hisopo nasal probablemente no sea efectivo.
Historia completa
Un grupo respaldado por las organizaciones filantrópicas de Bill Gates y George Soros compró recientemente una empresa con sede en el Reino Unido que realiza pruebas de diagnóstico, incluidas pruebas rápidas de COVID-19. Las Open Society Foundations de Soros anunciaron el 19 de julio que el Fondo de Desarrollo Económico de Soros, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, había lanzado “Global Access Health” (Acceso Global a la Salud) con el fin de llevar tecnología médica a países de bajos ingresos.
El anuncio decía que Global Access Health había adquirido la empresa de pruebas Mologic con planes de reequiparla y “abordar las lagunas en el suministro de diagnósticos globales en comunidades y regiones de bajos ingresos a las que las empresas lucrativas no han prestado la atención necesaria”.
En las redes sociales, donde Gates y Soros han sido durante mucho tiempo objeto de afirmaciones falsas y teorías de conspiración, la noticia fue anunciada en algunos lugares como prueba de algo vagamente malvado . Un video de TikTok visto más de 18.000 veces dijo que la noticia debería “aterrorizarnos absolutamente a todos” y sugirió que ambos hombres buscan “controlar a la población”.
Algunas publicaciones de Instagram vincularon la noticia infundada a un supuesto complot para poner la vacuna contra el COVID-19 de manera involuntaria a personas que han optado por no recibir la vacuna.
Una publicación de “@unclesamsmisguidedchildren1” (Los niños descarriados del Tío Sam 1), que recibió casi 1.300 me gusta antes de ser eliminada, publicó una captura de pantalla de una noticia sobre la compra de la empresa de pruebas. “No quieres ser vacunado, simplemente pondrán lo que hay en la vacuna en las pruebas”, afirmó el titular de la publicación. “Te harán hacerte la prueba antes de un cita en el médico, antes de volar, antes de ir al trabajo, antes de entrar a un edificio gubernamental, etc”.
La misma publicación también fue compartida en otra cuenta donde ha obtenido más de 900 me gusta.
Pero no hay evidencia de un supuesto complot para administrar clandestinamente las vacunas contra el COVID-19 a través de las pruebas o para la idea de que las vacunas se puedan administrar de manera efectiva de esa manera.
Representantes de la Fundación Gates y el Fondo de Desarrollo Económico Soros también nos dijeron que la afirmación era falsa.
Un portavoz del Fondo de Desarrollo Económico de Soros dijo en un comunicado que la acusación era “claramente absurda. Los diagnósticos que determinan si alguien tiene COVID-19 se utilizan independientemente de los planes de vacunación y simplemente guían a los usuarios sobre si deben aislarse o buscar atención médica”.
Pruebas hechas con hisopos, no inyecciones
En cuanto a la referencia en la publicación a “lo que sea que esté en la vacuna”, vale la pena enfatizar que los ingredientes de las vacunas contra el COVID-19 que se utilizan en Estados Unidos están detallados públicamente en documentos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los lectores pueden ver las hojas informativas de la FDA de las vacunas Pfizer/ BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson.
Y todas esas vacunas se administran mediante una inyección. La mayoría de las pruebas de infecciones de COVID-19 en la actualidad, incluyendo las pruebas rápidas, se realizan ya sea con hisopos en la nariz o la faringe. Lisa Morici, una profesora asociada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane que estudia las vacunas, nos dijo que todas “las vacunas autorizadas son administradas con inyecciones mediante agujas y las pruebas rápidas no usan agujas”.
Las pruebas rápidas del COVID-19 usan saliva o muestras nasales, señaló en un correo electrónico, y no inyectan nada en los cuerpos.
Karen A. Norris, profesora e investigadora en la Universidad de Georgia y su Centro de Vacunas e Inmunología, nos dijo de manera similar en un correo electrónico que “las vacunas actuales no están formuladas para funcionar por vía nasal” y que tampoco habían sido probadas para ser administradas oralmente.
Norris dijo que hay estudios en marcha para desarrollar vacunas contra el COVID-19 con administración intranasal, como se describió en un reciente artículo científico en la revista Science, aunque “generar inmunidad a través de las vías mucosas es difícil”, dijo, y por eso “la mayoría de las vacunas en el mercado se administran por inyección”.
Este enfoque no es nuevo para las vacunas, anotó Norris, dado que ya existe una vacuna contra la influenza que se administra de esta manera.
“Aunque existe una razón científicamente plausible para administrar las vacunas contra el COVID-19 por la nariz, serían administradas con un dispositivo de nebulización en lugar de un hisopo”, dijo Troy Randall, investigador y profesor en la Universidad de Alabama en Birmingham y coautor del artículo reciente de Science. “Un hisopo sería realmente ineficaz y es casi seguro que no funcionaría. Por analogía, piense en la aplicación de un protector solar. Podría rociarlo uniformemente y proteger mi piel, pero si lo aplico pinchando mi brazo con un bastoncillo de algodón, terminaré con una quemadura de sol y una pequeña mancha blanca”.
En particular, dos de las tres vacunas autorizadas para uso de emergencia en los EE. UU., Pfizer/BioNTech y Moderna, usan un ARN mensajero modificado que instruye a las células a crear proteínas de pico que desencadenan una respuesta inmune para proteger contra el COVID-19. Y no está claro en la actualidad si las vacunas de ARNm se pueden administrar eficazmente por la nariz.
“Algunas de las vacunas actuales que se inyectan en el brazo, como la ChAdOx1”, la vacuna de AstraZeneca, “podrían ser útiles en forma de nebulizador nasal”, dijo Randall. “Sin embargo, no tenemos idea de si alguna de las vacunas de ARNm funcionarían por vía intranasal. Nuevamente, incluso si funcionaran, se administrarían con un nebulizador y no un hisopo”.
Tampoco existe una vacuna oral contra el COVID-19 en uso todavía, aunque están siendo estudiadas algunas píldoras. En resumen, no hay evidencia que sostenga la teoría de la conspiración de que Gates y Soros usarán las pruebas de COVID-19 para vacunar a individuos secretamente, o la idea de que un plan para administrar cualquiera de las vacunas actuales contra el COVID-19 en esa forma funcionaría efectivamente.
Traducido por Elena de la Cruz.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre nuestras decisiones editoriales, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.