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El número bruto de hospitalizaciones o muertes entre los vacunados no es un buen indicador de si las vacunas son efectivas. Si la gran mayoría de la población está vacunada, no es sorprendente que la mayoría de las muertes se produzcan entre los vacunados. Pero publicaciones en redes sociales usan indebidamente estadísticas del Reino Unido para sugerir que las vacunas contra el COVID-19 no funcionan.
Historia completa
Epidemiólogos y expertos en bioestadística han advertido que a medida que más y más personas se vacunen, es probable que veamos más muertes por COVID-19 entre los vacunados. Es simplemente matemática. Las vacunas no son 100% efectivas, ninguna vacuna lo es, por lo que se esperan algunas muertes. Y si hay relativamente pocas personas aún sin vacunar, es probable que el número bruto de muertes muestre más muertes entre los vacunados.
“Considere el mundo hipotetico en el que absolutamente todos han recibido una vacuna que no es perfecta. A pesar de que la tasa de mortalidad sería baja, todos los que mueran estarían vacunados”, escribieron David Spiegelhalter, director del Centro Winton para la Comunicación de Riesgos y Evidencia de la Universidad de Cambridge, y Anthony Masters, embajador estadístico de la Royal Statistical Society, en una historia publicada a fines de junio en el Guardian con base en Londres.
El titular de ese artículo: “Por qué la mayoría de las personas que ahora mueren con Covid en Inglaterra se han vacunado”. Spiegelhalter y Masters advirtieron: “No piense en esto como una mala señal, es exactamente lo que se espera de una vacuna efectiva pero imperfecta”.
Sin embargo, meses más tarde, publicaciones engañosas en las redes sociales destacan las estadísticas del Reino Unido sugiriendo que el número de muertes muestra que algo anda mal.
“ESTÉ AL TANTO: la gran mayoría de las personas (7 de cada 10) que han muerto por el virus del COVID-19 en el Reino Unido estaban completamente vacunadas”, dice una publicación en Facebook, acompañada de un clip de Alex Berenson que cita las estadísticas en el podcast “The Joe Rogan Expierence” el 12 de octubre. Berenson, autor y ex reportero del New York Times, ha sido expulsado de Twitter por violar sus reglas sobre desinformación del COVID-19. Escríbimos sobre uno de sus tuits sobre las vacunas contra el COVID-19 hace algunos meses. En el clip de Facebook, Berenson cita correctamente los números del Reino Unido pero los presenta como algo sorprendente.
“Y tengo que seguir diciéndole esto a la gente porque casi no se lo creen. En el Reino Unido más del 70 por ciento de las personas que ahora mueren de COVID-19 están completamente vacunadas”, dijo Berenson. “No es una teoría conspirativa. No es alguien que dice: Oh, me lo dijo un primo. Está en un documento del gobierno británico de la autoridad de salud pública de Inglaterra (Public Health England)”.
La cifra del 70% es correcta. Pero de nuevo, esos son números brutos, entre una población altamente vacunada. En su informe de la semana 38, Public Health England (que ha sido reemplazada por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido) informó que hubo 3.158 muertes por COVID-19 desde el 23 de agosto hasta el 19 de septiembre y que 2.284 de esas personas (72,3%) habían recibido su segunda dosis de la vacuna al menos 14 días antes. Sin embargo, ese mismo informe muestra las tasas de vacunación acercándose o excediendo el 90% para grupos de 60 años o más, el grupo que representa el 86,5% de todas las muertes en ese período de tiempo.
En general, el 77,3% de la población del Reino Unido de 12 años o más había recibido dos dosis para el 19 de septiembre. .
El mismo gráfico que muestra las cifras de muertes (ver Tabla 4) muestra que las tasas de muerte son mayores entre los no vacunados que entre los vacunados. La tasa de mortalidad se calcula comparando el número de muertos entre personas vacunadas o no vacunadas con la población total de cada grupo.
Las tasas de mortalidad para los no vacunados son de tres a cinco veces más altas que las tasas para los no vacunados en los grupos de 60 años o más.
En el podcast de tres horas duración, Berenson reconoce que las tasas de mortalidad indican que las vacunas brindan protección al decir “lo que le muestran ahí es que a pesar de que la gran mayoría de personas que han fallecido estaban vacunadas, la vacuna todavía parece brindar algún grado de protección”. Pero ese reconocimiento no está en el clip editado que circula en Facebook; otras publicaciones en las redes sociales y medios digitales destacan engañosamente los números brutos de muertes en el Reino Unido, y algunos incluyen cifras similares de otros países.
“A medida que el número de personas vacunadas en una población crece, esperamos ver relativamente más muertes entre los vacunados. Este fenómeno de ‘tasa base’ puede dificultar la interpretación de las estadísticas”, dijo Natalie Dean, profesora asistente en el departamento de Bioestadística y Bioinformática de la Rollins School of Public Health de la Universidad de Emory, en un correo electrónico. “No significa que las vacunas no estén funcionando bien contra las muertes (lo están) sino solo que la gran mayoría de los adultos vulnerables en el Reino Unido están vacunados”.
Hemos escrito dos veces sobre este asunto anteriormente, incluyendo una vez que publicaciones en redes sociales malinterpretaron cifras de un brote de COVID-19 en Provincetown, Massachusetts.
“Los epidemiólogos nunca miramos el número bruto de casos cuando queremos pensar en algo causal, porque no nos dice lo que queremos saber. Necesitamos conocer también el denominador”, nos dijo Matthew Fox, profesor del los departamentos de epidemiología y salud global de la Universidad de Boston, en un correo electrónico. “Imagínese si todos en una población de 1 millón de personas estuvieran vacunados y cien personas murieran. Todos y cada uno de ellos estaban vacunados, pero sin una población de comparación de personas no vacunadas, no podemos decir si la vacuna protegió a las personas porque no sabemos cuántas personas habrían muerto si no todos hubieran estado vacunados”.
Para una representación visual de esto, vea esta publicación en un blog de la experta en estadística de la Universidad de Wake Forest Lucy D’Agostino McGowan.
Fox dijo que las tasas de mortalidad de los vacunados versus las de los no vacunados son una mejor medida, pero incluso esas cifras no son perfectas porque hay otros factores en esos grupos. Por ejemplo, una mayor proporción del grupo vacunado puede ser personas más enfermas o aquellos con mayor riesgo de una enfermedad grave que tuvieron mayor motivación para vacunarse.
Los informes del Reino Unido sobre estas cifras advierten el peligro de malinterpretación, haciendo eco de lo que nos dijeron los expertos.
“En el contexto de una cobertura de la vacuna muy alta en la población, incluso con una vacuna altamente eficaz, es de esperar que una gran proporción de los casos, hospitalizaciones y muertes ocurran en personas vacunadas, simplemente porque una mayor proporción de la población está vacunada y ninguna vacuna es 100% efectiva. Esto es especialmente cierto cuando se le ha dado mayor prioridad a la vacunación de personas más vulnerables o con mayor riesgo de contraer una enfermedad grave”, según dice el informe de la semana 38.
El informe incluye estimaciones de la efectividad de la vacuna, que provienen de la comparación de tasas entre vacunados y no vacunados usando estadísticas de pruebas de control realizadas a nivel comunitario, datos de vacunación, estudios de base poblacional y estadísticas digitales de salud. La efectividad observada contra enfermedad sintomática con la variante delta luego de dos dosis fue de entre 65% y 70% con la vacuna de AstraZeneca (que no ha sido autorizada en Estados Unidos) y entre 80% y 95% con las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna. “La eficacia de la vacuna es generalmente un poco mayor en los grupos más jóvenes que en los de más edad”, dice el informe.
La efectividad contra la hospitalización y muerte fue de más del 90% para las tres vacunas. “Se ve un desgaste muy limitado de la proteción contra la mortalidad en un periodo de al menos 5 meses”, dice el reporte del Reino Unido
En general, las cifras para el promedio de muertes en siete días por COVID-19 en el Reino Unido son una fracción de lo que fueron en su mayor punto en enero, o incluso de las altas cifras de abril y mayo de 2020, a comienzos de la pandemia. El promedio móvil de siete días fue de 1.248 muertes por día el 23 de enero, y era de 135 el 25 de octubre, según las cifras del Reino Unido compiladas por Our World in Data.
Tasas de casos de COVID-19
Nuestros colegas de Full Fact, que hacen verificaciones al otro lado del Altántico, escribieron sobre otra estadística que Berenson destacó en el podcast y que ha circulado en menor grado en las redes sociales: El informe del Reino Unido muestra mayores tasas de casos de COVID-19 confirmados para aquellos en grupos de mayor edad entre los vacunados en comparación con los no vacunados.
El informe de la semana 38 muestra que las personas de 40 años o más que recibieron la vacuna tuvieron mayores índices de casos que los no vacunados en los mismos grupos de edad, mientras que el informe de la semana 43 (para las cuatro semanas terminando el 24 de octubre) mostró tasas mayores de casos confirmados en lo de 30 años o más. ¿Por qué podría ser ese el caso? Primero, para tener un caso confirmado, las personas tienen que hacerse una prueba de descarte, por lo que los números no son exactos.
“Esas tasas de casos en las poblaciones vacunadas y no vacunadas son tasas brutas, no ajustadas, que no toman en consideración sesgos estadísticos presentes en los datos”, dice el reporte de la semana 43. “Es probable que haya diferencias sistemáticas en quiénes eligen hacerse pruebas y el riesgo de COVID de las personas vacunadas”.
El reporte continua diciendo que las personas completamente vacunadas pueden tener más probabilidades de hacerse una prueba de descarte y más probabilidades de tener “interacciones sociales debido a su estado de vacunación”, lo que conlleva un mayor grado de exposición a un posible contagio. Además, las infecciones por COVID-19 entre los no vacunados en el período de informe de cuatro semanas anteriores pueden estar “reduciendo artificialmente” la tasa de casos para ese grupo en el último informe.
Full Fact también planteó la pregunta de qué cifras oficiales de población se utilizan para el número total de personas no vacunadas. Dado que los no vacunados conforman un porcentaje relativamente pequeño de aquellos en grupos de mayor edad, incluso un pequeño cambio en la estimación de la población de este grupo podría alterar esas tasas.
Dean, de la Universidad de Emory planteó el mismo punto sobre la probabilidades de hacerse pruebas de descarte. “Es más probable que las personas vacunadas busquen pruebas de rutina o pruebas para detectar síntomas leves. Sus infecciones pueden capturarse con más frecuencia que las infecciones en los no vacunados ”, dijo. “Este es un desafío mayor para el estudio de enfermedades muy leves. Por el contrario, la enfermedad grave se capta bien y no está sujeta a estos mismos sesgos”.
Además, Dean dijo que hay “algún desgaste de la efectividad contra la infección en el tiempo, por lo que esto puede ser más prominente” en los grupos de mayor edad que en el grupo de entre 18-20 años que ha sido vacunado más recientemente. Ha habido “una baja en la efectividad contra todas las infecciones debido al desgaste y a la variante delta”, dijo.
Como explicamos en septiembre, varios estudios han encontrado una reducción en la efectividad real contra infecciones confirmadas, pero la efectividad contra enfermedades graves y la muerte se ha mantenido sólida. Esos estudios han llevado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades a recomendar dosis de refuerzo de la vacuna para algunas personas.
Nota del editor: El Proyecto de Vacunación/COVID-19 de SciCheck es posible gracias a una beca de la Robert Wood Johnson Foundation. La fundación no tiene control alguno sobre las decisiones editoriales de FactCheck.org, y los puntos de vista expresados en nuestros artículos no reflejan necesariamente el punto de vista de la fundación. El objetivo del proyecto es aumentar el acceso a información precisa sobre el COVID-19 y las vacunas, y reducir el impacto de información errónea.