Ni la serie de vacunación primaria ni la inmunidad natural están deteniendo mayormente las infecciones por la variante ómicron, pero las investigaciones muestran que las dosis de refuerzo aumentan sustancialmente la protección. Sin embargo, el senador republicano Rand Paul afirmó que un caso de COVID-19 proporciona “mejor inmunidad que la vacuna”.
Se cree que la recuperación de la enfermedad COVID-19 confiere cierta inmunidad contra la reinfección, así como la vacunación previene la enfermedad sintomática. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dicen que varios estudios han demostrado que la infección previa o la vacunación proporcionan una alta protección durante al menos seis meses contra “variantes antigénicamente similares”.
Aquellos que deseen debatir qué es mejor, si la vacuna o la inmunidad natural, pueden encontrar estudios que apoyan ambas alternativas, dependiendo de la variante, aunque el gran beneficio de la vacunación es adquirir inmunidad sin tener que sufrir una enfermedad, posiblemente una grave. Y múltiples estudios han encontrado que tener vacunas y una infección previa, la llamada “inmunidad híbrida”, proporciona una protección aún mayor, como ya hemos escrito.
La oficina de Paul nos dirigió a un informe reciente de los CDC que encontró que las infecciones previas confirieron mayor inmunidad contra la variante delta que la serie primaria de vacunación. Pero el estudio se realizó antes de que la altamente mutada variante ómicron se volviera la variante predominante y antes de que las dosis de refuerzo se recomendaran extensamente.
Las primeras investigaciones sobre la variante ómicron sugieren que la declaración de Paul ahora es simplemente errónea. De lo que sabemos hasta ahora, ¿qué confiere mayor inmunidad para evitar la infección por la variante ómicron? Las dosis de refuerzo, independientemente de haber tenido o no COVID-19.
El republicano de Kentucky hizo su afirmación en una entrevista del 21 de enero en el programa de Fox News “The Ingraham Angle”. Paul dijo que “millones” se estaban infectando con el virus. “El mundo está siendo inoculado por el virus, les guste o no”, dijo. “Más de la mitad de mi personal ha tenido la variedad ómicron”. Luego pasó a decir que la infección natural era mejor.
Paul, 21 de enero: Y lo que encontramos es la infección natural. Es posible que usted no la desee y, por desgracia, todavía va a morir gente por su causa. Pero si la contrae y sobrevive, le estará dando una inmunidad profunda y mejor que la de la vacuna, porque ahora la enfermedad evade la vacuna en la mayoría de los casos.
Actualmente, la enfermedad evade la vacunación estándar “en la mayoría de los casos”, pero lo mismo ocurre con la inmunidad natural. En cuanto a lo que vendrá después, eso está por verse.
“El mensaje es bastante claro en lo que a mí respecta: Todo el mundo debe vacunarse, recibir el refuerzo y tratar de no infectarse, porque no hay ninguna razón para salir y tratar de contraer la infección”, nos dijo Alejandro B. Balazs que, como investigador principal en el Instituto Ragon, ha estudiado las respuestas inmunitarias a la variante ómicron y otras variantes. “No he visto ninguna evidencia de que la inmunidad natural sea en realidad superior a recibir la vacuna y el refuerzo”.
Deepta Bhattacharya, inmunólogo de la Universidad de Arizona, nos dijo que las evaluaciones de la inmunidad dependen de la variante. Antes de la variante delta, ambos tipos de inmunidad (natural e inducida por vacunas) producían respuestas inmunitarias fuertes “aproximadamente al mismo nivel”, dijo en un correo electrónico. Con la variante delta, “recuperarse de la infección probablemente confería mejor inmunidad contra las reinfecciones por la variante delta que 2 dosis de una vacuna de ARNm, pero no en comparación con 3 dosis”.
Pero los hallazgos de los CDC sobre la ola de la variante delta no se aplican a la variante ómicron.
“Lo que está bastante claro es que ni 2 dosis de una vacuna de ARNm ni la recuperación de una infección por la variante delta (o una variante anterior) por sí solas probablemente hagan mucho para detener las infecciones sintomáticas por la variante ómicron”, nos dijo Bhattacharya. “Es demasiado diferente de las variantes anteriores. Pero una tercera dosis (reciente) o una dosis después de recuperarse de la infección ayuda sustancialmente frente a la variante ómicron, especialmente contra la enfermedad grave”.
Estudio de los CDC sobre la variante delta
El informe de los CDC del 19 de enero examinó las tasas de casos y hospitalizaciones por COVID-19 en California y Nueva York de mayo a noviembre de 2021. Esos dos estados habían experimentado 1 en 6 de todas las muertes por el COVID-19 en EE. UU. hasta el 30 de noviembre.
El informe decía que en general las tasas de casos y de hospitalización fueron las más altas entre los que no estaban vacunados y no tenían un diagnóstico previo de COVID-19. Antes de que la variante delta se convirtiera en la predominante en junio, la vacunación confería mayores beneficios que incluso la vacunación más la infección previa: Tanto las tasas de casos como las de hospitalización eran menores en el grupo que solo tenía la vacuna.
Después de la variante delta, eso cambió.
“A principios de octubre, las tasas de casos fueron más bajas para las personas que habían sobrevivido a una infección anterior que para aquellas que solo estaban vacunadas”, dijo el informe, señalando que este fue “un momento en que la inmunidad inducida por la vacuna disminuyó en muchas personas debido a la inmunoevasión y la inmunidad menguante”.
Algunos de los datos muestran una protección aún mayor para las personas vacunadas y con infección previa (las personas con “inmunidad híbrida”) que para aquellas no vacunadas, pero infectadas. Durante la semana que terminó el 3 de octubre, las tasas de casos de personas no vacunadas, pero infectadas, fueron 29 veces más bajas en California y 15 veces más bajas en Nueva York en comparación con la de personas no vacunadas y nunca infectadas. Pero las tasas entre los vacunados e infectados fueron 33 y 20 veces menores, respectivamente. (El grupo vacunado y nunca infectado tuvo tasas de casos solo 6 y 5 veces menores).
Los CDC enfatizaron que la vacunación era la manera “más segura” de adquirir inmunidad: “Aunque la epidemiología del COVID-19 podría cambiar a medida que surjan nuevas variantes, la vacunación sigue siendo la estrategia más segura para evitar futuras infecciones, hospitalizaciones, secuelas a largo plazo y muerte por SARS-CoV-2”.
También señalaron que otros estudios han encontrado de manera similar que la vacunación era mejor que una infección previa antes de la variante delta, pero eso cambió después de delta.
“Al igual que en el período inicial de este estudio, dos estudios estadounidenses anteriores encontraron más protección tras la vacunación que tras una infección previa durante el periodo anterior al predominio de la variante delta”, mencionó el informe. “Como observamos en el presente estudio después de julio, estudios internacionales recientes también han demostrado mayor protección en las personas con infección previa, con o sin vacunación, en comparación con la vacunación sola”.
Hubo un patrón similar en las tasas de hospitalización en California. Esas tasas fueron “siempre más altas entre las personas no vacunadas sin un diagnóstico previo de COVID-19”, indicó el informe. Pero del 3 al 16 de octubre, después de que la variante delta se convirtiera en la variante predominante, quienes tenían un diagnóstico previo, tanto los vacunados como los no vacunados, tuvieron tasas de hospitalización más bajas que las personas vacunadas y sin infección previa.
Esta es una buena noticia para aquellos que han tenido una infección anterior, al menos cuando se trata de la variante delta. Pero, nuevamente, el estudio no evaluó la variante ómicron o el impacto de las dosis de refuerzo, porque en gran parte ocurrieron después del período de estudio. Fue a finales de septiembre cuando los CDC por primera vez recomendaron dosis de refuerzo para las personas mayores y algunos otros grupos en relación con la vacuna de Pfizer/BioNTech, y a finales de noviembre cuando la agencia dijo que todos los adultos debían recibir dosis de refuerzo. Los CDC dicen que las vacunas de ARNm de Pfizer o Moderna son las “preferidas” para los refuerzos.
Lo que sabemos sobre la inmunidad y la variante ómicron
Dado que Paul mencionó la variante ómicron, la cual constituyó aproximadamente el 99.9% de los casos en EE. UU. para la semana que terminó el 22 de enero, preguntamos a su oficina qué es lo que mostraron las investigaciones respecto a la inmunidad natural en comparación con la vacunación para la variante ómicron. “Las investigaciones a menudo se retrasan unos meses y los únicos datos disponibles y confiables son de octubre”, dijo la portavoz Kelsey Cooper y añadió que “todos los estudios desde el comienzo de la pandemia muestran una inmunidad duradera debida a la infección previa por COVID”.
Pero ya hay algunas investigaciones preliminares sobre la variante ómicron y no muestran que la inmunidad natural tenga una ventaja contra esta variante.
Las investigaciones de Balazs han encontrado que “las personas que habían recibido el refuerzo y que no tenían signos de haber estado infectadas antes, en realidad producían anticuerpos que eran incluso mejores que aquellas que estaban infectadas o que estaban infectadas y luego recibieron dos dosis de una vacuna de ARNm”, nos dijo. “Así que recibir tres dosis de una vacuna de ARNm parece ser incluso mejor que la inmunidad natural” o que la inmunidad natural con la serie primaria de vacunación. Los investigadores no estudiaron el caso de una infección previa más tres dosis de una vacuna de ARNm.
“Ya sea contra la cepa original de Wuhan o contra la variante delta, cualquiera de ellas, tener tres vacunas, tres dosis de la vacuna de ARNm es mejor que tener dos más contraer la infección. Y definitivamente es mejor que contraer la infección y no tener las vacunas”, dijo Balazs. Pero para la variante ómicron, la tercera dosis de refuerzo “amplió el tipo de inmunidad que se tenía” de modo que los anticuerpos “podían reconocer la variante ómicron donde realmente no podían reconocerla antes del refuerzo”.
El Dr. Wilfredo F. García Beltrán, también del Instituto Ragon e investigador en patología en el Hospital General de Massachusetts, nos dijo en un correo electrónico que “los individuos vacunados tienen niveles más altos de anticuerpos neutralizantes que los individuos que solo tuvieron la infección previa (sin vacunación). De hecho, a menudo vemos que la infección previa, especialmente la infección leve, resulta en niveles muy bajos de anticuerpos neutralizantes, mientras que las vacunas producen altos niveles de anticuerpos neutralizantes en casi cualquier persona con un sistema inmunitario normal”.
Balazs, García Beltrán y otros investigadores, principalmente afiliados al Instituto Ragon del Hospital General de Massachusetts, el Instituto de Tecnología de Massachusetts y Harvard, publicaron resultados en la revista Cell el 23 de diciembre de un estudio de muestras de sangre de más de 200 personas que recibieron vacunas, encontrando que aquellas que recibieron un refuerzo de una vacuna de ARNm “mostraron una potente neutralización de la variante ómicron” que era solo moderadamente inferior a la del virus original.
La limitación de esta investigación es que se realiza en un laboratorio, utilizando muestras de pacientes y viendo cómo los anticuerpos bloquean el pseudovirus. El criterio de referencia, nos dijo Balazs, es la evidencia clínica, pero esta también está mostrando que las tasas de hospitalización fueron más bajas para las personas que recibieron dosis de refuerzo. “Así que creo que lo que hemos visto en nuestro plato [en el laboratorio] está definitivamente respaldado por lo que está sucediendo clínicamente”.
Un estudio de los CDC publicado el 21 de enero y que utiliza datos de 10 estados encontró que la eficacia de la vacuna contra las hospitalizaciones asociadas al COVID-19 con variante ómicron predominando aumentó de 57% a los seis meses o más después de una segunda dosis de una vacuna de ARNm a 90% al menos 14 días después de la tercera dosis. Otros dos estudios de los CDC, uno publicado en JAMA, también encontraron tasas de casos más bajas entre los individuos que recibieron la vacuna y el refuerzo en comparación con los no vacunados y con aquellos que solo recibieron la vacunación primaria.
Otro artículo revisado por científicos, publicado en el New England Journal of Medicine el 30 de diciembre por investigadores de la Universidad Rockefeller, encontró niveles “bajos o indetectables” de anticuerpos neutralizantes contra la variante ómicron en muestras de personas vacunadas con dos dosis o de personas no vacunadas que se recuperaron de la infección por el COVID-19. Pero para aquellos que recibieron tres dosis de una vacuna de ARNm o que tuvieron la infección por COVID-19 y luego fueron vacunados, los niveles de anticuerpos neutralizantes fueron “considerables”. Se utilizaron muestras de plasma de 47 personas.
“Lo que algunos no entienden es que la tercera dosis (el refuerzo) no simplemente restaura la inmunidad que ha disminuido desde la segunda dosis”, dijo en Twitter el virólogo Paul Bieniasz que codirigió el estudio. “Más bien, el refuerzo aumenta y amplía los anticuerpos y las células de memoria, lo que probablemente brinda un grado de protección contra variantes que usted NUNCA antes tuvo”.
En cuanto a la inmunidad que uno puede esperar después de recuperarse de una infección por la variante ómicron, esas investigaciones son aún más preliminares.
Un estudio de Sudáfrica, aún no revisado por científicos, evaluó el plasma de 15 personas, tanto vacunadas como no vacunadas, que se habían infectado con la variante ómicron. Los investigadores encontraron que la neutralización mediada por los anticuerpos aumentó desde poco después de la aparición de los síntomas hasta aproximadamente dos semanas más tarde contra ambas variantes ómicron y delta.
“Los investigadores también muestran que los participantes vacunados fueron capaces de montar una mejor respuesta neutralizante contra la variante delta, mientras que la respuesta en los participantes no vacunados fue más variable”, dijo un anuncio del 28 de diciembre sobre los resultados del Instituto de Investigación de Salud de África.
El Dr. Anthony S. Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ha dicho que la reinfección por el COVID-19 generalmente implica una variante diferente de la infección original. En una reunión informativa de la Casa Blanca del 21 de enero, dijo que “si uno monta una buena respuesta inmunitaria, al menos durante un período de varios meses, es muy poco probable que se reinfecte con la misma variante”.
“En cuanto a la próxima variante,” Bhattacharya nos dijo, “es difícil saber lo que vendrá después. Podría ser más similar al coronavirus original que a la variante ómicron o viceversa, o algo considerablemente diferente a cualquiera de los dos (¡esperemos que no!)”.
Traducido por Claudia Cohen.
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