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A Project of The Annenberg Public Policy Center

Las problemáticas afirmaciones de Trump sobre la industria automotriz


This article is available in both English and Español

Traducido por El Tiempo Latino

En Michigan, el expresidente Donald Trump cortejó a los votantes de la industria automotriz con afirmaciones falsas y sin evidencia sobre plantas automotrices chinas en México y el crecimiento de la industria automotriz durante su administración.

  • Trump afirmó que las empresas chinas no construyeron plantas automotrices en México cuando él estaba en el cargo porque las amenazó con altos aranceles, “pero ahora mismo están construyendo algunas de las plantas automotrices más grandes jamás construidas en cualquier parte del mundo” que “los va a eliminar”. Sin embargo, los expertos dicen que actualmente solo hay una pequeña planta de fabricación de automóviles china en México, y se anunció en 2017, durante el mandato de Trump. Otras empresas han dicho que planean construir plantas, pero aún no lo han hecho.
  • Trump ha prometido “recuperar los empleos de los trabajadores automotrices a como era hace 30 y 40 años, antes de que todos se fueran”, diciendo que “estábamos listos para” traer de vuelta la industria “y luego vino el desastre del COVID”. No podemos predecir el futuro, pero los empleos en la industria automotriz disminuyeron entre 2019 y 2020, antes de la pandemia, sin mostrar evidencia de un auge inminente, como dijo Trump.

Tanto la campaña de Trump como la de la vicepresidenta Kamala Harris se están enfocando en Michigan, un estado pendular que Trump ganó en 2016 y perdió en 2020. Trump visitó el estado nuevamente el 27 de septiembre. Sus afirmaciones sobre la industria automotriz en el estado siguen el patrón de afirmaciones falsas de Trump sobre el pasar de la industria durante su presidencia en comparación con los demócratas.

Plantas automotrices chinas en México

Varias empresas automotrices chinas han manifestado su intención de construir plantas de fabricación de automóviles en México, lo que ha generado preocupaciones dentro de la industria y entre los políticos sobre la posibilidad de que esas plantas intenten exportar los automóviles a EE. UU., especialmente vehículos eléctricos baratos que podrían presentar una fuerte competencia para la incipiente industria de vehículos eléctricos en este país.

Los automóviles exportados a EE. UU. desde China son pocos, y las acciones y declaraciones de la administración del presidente Joe Biden, y de Trump, indican que ambos desean mantenerlo así. Los automóviles de China representaron el 0,49% de los vehículos importados por EE. UU. en 2019 y el 0,66% en 2023, según datos de la Comisión de Comercio Internacional. (Hay un mayor comercio de piezas automotrices desde China; la participación de las importaciones de EE. UU. fue del 9,96% en 2019 y del 9,26% en 2023 para piezas automotrices chinas).

En mayo, la administración de Biden aumentó los aranceles sobre los vehículos eléctricos importados de China al 100%; el arancel para todos los automóviles y ciertos otros productos desde China ha sido del 25% y fue establecido por la administración de Trump. Las importaciones de automóviles de pasajeros de China enfrentan un arancel adicional del 2,5% por nación más favorecida.

Pero esos son aranceles sobre automóviles que vienen desde China, no sobre bienes fabricados por China y exportados desde otros países. Esta semana, la administración de Biden propuso prohibir el hardware y software para automóviles hechos por China, citando preocupaciones de seguridad nacional, una prohibición que se aplicaría a los automóviles chinos sin importar dónde se produzcan, como en México.

Pero hasta ahora, la amenaza potencial de plantas automotrices de propiedad China al sur de la frontera sigue siendo solo eso: una amenaza. Actualmente, solo hay una planta de ensamblaje de automóviles chinos para automóviles de pasajeros operando en el país, vendiendo vehículos en México, dicen los expertos. Sin embargo, Trump ha afirmado que detuvo la construcción de plantas automotrices chinas en México amenazando con aranceles del 200% si los automóviles fueran exportados a EE. UU. Además, afirma que dicha construcción de grandes plantas comenzó una vez que él dejó el cargo y está casi terminada. Pero los expertos nos dijeron que no hay plantas de fabricación de automóviles en construcción en este momento.

En un evento de campaña el 29 de agosto en Alro Steel en Potterville, Michigan, Trump dijo: “Están construyendo, no sé si lo saben, muchas de las plantas automotrices más grandes del mundo en este momento… justo cerca de la frontera en México, son de propiedad China. Piensan que van a construir los automóviles y enviarlos” a Estados Unidos. “Van a tomar cada uno de los trabajos. No van a tener ningún trabajador de automóviles dentro de dos años, tal vez tres años. Nadie va a estar fabricando automóviles aquí”.

Trump continuó: “Les dije, ‘Si hacen eso, vamos a poner aranceles del 200, 250%. Nunca van a vender un automóvil en este país.’ Y no los construyeron… Tan pronto como me fui, comenzaron la construcción y están casi terminadas, y eso los va a eliminar”.

En un cabildo el 17 de septiembre en Flint, Michigan, Trump hizo las mismas afirmaciones, diciendo que había “varias de ellas en construcción en este momento”, refiriéndose a las plantas de propiedad China en México. “No estaban construyendo nada en México relacionado con automóviles conmigo, porque dije, ‘Si lo construyen, vamos a poner un 200%. No van a vender un solo automóvil en este país, y ahora mismo están construyendo algunas de las plantas automotrices más grandes jamás construidas en cualquier parte del mundo”, afirmó Trump.

Trump repitió la afirmación en Savannah, Georgia, el 24 de septiembre.

“Hay una planta automotriz china en México”, dijo Susan Helper, profesora de economía en la Universidad Case Western Reserve, quien investiga las cadenas de manufactura y suministro globales en EE. UU. La empresa se llama Jianghuai Automobile Group, o JAC, y la planta de automóviles es “pequeña”. La fábrica de JAC en México fabricó 22.000 vehículos el año pasado, o el 0,6% de la producción mexicana, dijo Helper, quien trabajó en el Consejo de Asesores Económicos en las administraciones de Obama y Biden.

Esas cifras están en un informe de Scotiabank Economics que muestra que General Motors fue el mayor productor de vehículos ligeros en México el año pasado, seguido por Nissan y Chrysler.

The Associated Press también informó que la planta de JAC era la única planta de ensamblaje china en operación en México. AP verificó hechos similares en los comentarios que Trump hizo en su discurso en la Convención Nacional Republicana. “Jeff Schuster, vicepresidente de investigación automotriz para la firma de análisis Global Data que rastrea la producción automotriz, dijo que no conoce ninguna planta de ensamblaje de automóviles china en construcción en México”, informó AP.

La inversión de JAC, en una instalación existente cerca de Ciudad de México, se anunció en 2017, al inicio de la administración de Trump, y la producción de sus vehículos comenzó poco después, según informes de los medios.

“En este momento, lo están considerando”, nos dijo Bruce Belzowski, director gerente de Automotive Futures, un grupo de investigación en Ann Arbor, sobre las empresas automotrices chinas que desean establecerse en México. “Aún no han construido ninguna”.

Un Jeep Grand Cherokee L 2021 pasa por el ensamblaje en el Stellantis Detroit Assembly Complex-Mack el 10 de junio de 2021. La planta fue la primera planta nueva de ensamblaje de automóviles en Detroit en 30 años. Foto de Bill Pugliano/Getty Images.)

En cuanto a la afirmación de Trump de que amenazó con aranceles del 200% solo para automóviles chinos provenientes de México, Belzowski dijo: “Tengo un conocimiento íntimo de la industria automotriz mexicana, y nadie mencionó eso jamás”.

“Los reporteros de la industria automotriz suelen ser bastante minuciosos con estas cosas, si lo supieron,” dijo. A menos que haya sido “a puertas cerradas. No lo sé. Quién sabe.”

Preguntamos a la campaña de Trump sobre estas afirmaciones, pero no hemos recibido una respuesta.

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, o T-MEC, que Trump negoció, no permite un arancel del 200% solo para automóviles chinos exportados desde México. Gary Clyde Hufbauer, investigador sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional, nos dijo en un correo electrónico que Trump podría imponer tales aranceles, pero “violaría el T-MEC” y “México podría tomar represalias por su decisión. Probablemente, las exportaciones agrícolas de EE. UU. serían las primeras afectadas. Obviamente, aranceles de la magnitud indicada por Trump dañarían seriamente las relaciones entre EE. UU. y México, con muchas repercusiones”.

El T-MEC, que entró en vigor el 1 de julio de 2020, permite exportaciones libres de aranceles desde México si cumplen con los requisitos de componentes o materiales originarios de América del Norte y requisitos de salario laboral. Al menos de 70% a 75% del contenido de automóviles y camionetas ligeras debe ser de América del Norte, un aumento del 60% al 62,5% bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), que el T-MEC reemplazó. Los productos que no califiquen para la exportación libre de aranceles enfrentarían un arancel del 2,5% por la cláusula de nación más favorecida [que dice que si un país recibe condiciones más favorables, estas deben otorgarse a todos los otros países del acuerdo] para vehículos de pasajeros, como explica un informe del Servicio de Investigación del Congreso. (La tasa de aranceles NMF para camiones es del 25%).

En 2026, habrá una “revisión conjunta” del T-MEC por lo que EE. UU. y México podrían llegar a un nuevo acuerdo.

Si se permitiera a futuras plantas automotrices chinas exportar sin aranceles a EE. UU., “¿matarían a la industria estadounidense?” preguntó Belzowski. “Serían un gran desafío para la industria estadounidense, para los vehículos eléctricos”. Pero, dijo, tal competencia “también impulsaría a la industria estadounidense a ponerse en marcha” con los vehículos eléctricos.

Existen incentivos para impulsar la producción de vehículos eléctricos en EE. UU., incluidos créditos fiscales de hasta 7.500 dólares para los consumidores que los compren, si el ensamblaje final del automóvil fue en América del Norte, según la Ley de Reducción de la Inflación, firmada por Biden en 2022. “Los chinos hicieron esto como en 2014, 2015. Han estado dando incentivos para los consumidores y para el resto de su país para construir vehículos eléctricos,” dijo Belzowski. “Así que estamos unos 10 años atrás, y estamos tratando de ponernos al día.”

BYD, una empresa china que fabrica vehículos eléctricos económicos, es una de las compañías que ha dicho que está buscando construir una planta en México para el mercado mexicano. Su modelo pequeño, Dolphin, se vende por entre 10.000 y 12.000 dólares en China, un precio que sugiere que un arancel del 2,5% por nación más favorecida para futuras exportaciones desde México, bajo el T-MEC ahora, no sería un gran impedimento. Pero Jeff Walling, jefe de la división de tecnología avanzada y maquinaria en la Comisión de Comercio Internacional de EE. UU. (ITC, por sus siglas en inglés), dijo en una presentación en marzo para un grupo de expertos bipartidista que había otras razones por las que un automóvil así no tendría fácil entrada en el mercado estadounidense.

En la presentación, que señaló que Walling estaba expresando sus propias opiniones, no necesariamente las de la ITC, dijo: “Siento que a menudo tenemos estos artículos de noticias que salen en los medios que dicen algo como que China va a poder exportar sin aranceles desde México o que los vehículos van a ser tan baratos que no te importará el arancel. Y el ejemplo que a menudo se menciona es que si tienes un automóvil de 10.000 dólares”, un arancel del 2,5% no le añadiría mucho al costo del automóvil. Pero, dijo Walling, “el automóvil de 10.000 dólares probablemente no sea un vehículo que esté en alta demanda en Estados Unidos,” porque tendrá “un umbral de kilometraje realmente bajo,” es decir, la distancia que el automóvil puede recorrer antes de necesitar recargarse, o un tamaño muy pequeño que no es popular en EE. UU.

“Creo que habría un par de cosas diferentes que China necesitaría superar para hacer un vehículo que cumpla con nuestras reglas, sea asequible y sea deseable,” dijo.

Esa presentación también señaló que las empresas chinas han estado diciendo desde mediados de la década de 2000 que planean exportar (en general, no desde México) al mercado estadounidense, y tomó algún tiempo para que otros países, como Japón, ganaran una participación en el mercado estadounidense.

Polestar, un vehículo eléctrico fabricado por una empresa de propiedad china a través de una empresa conjunta con Volvo, se estaba importando a EE. UU. El mes pasado, la compañía abrió una fábrica en Carolina del Sur para producir su SUV eléctrico para EE. UU. y para exportar a Europa.

Empleos en la industria automotriz

En el evento de campaña del 29 de agosto, Trump también prometió devolver los empleos automotrices, o la industria, a los niveles que tenían hace 25, 30 o 40 años, diciendo que este tipo de crecimiento estaba previsto antes de la pandemia de COVID-19.

“Estoy aquí hoy con un mensaje simple para el trabajador automotriz estadounidense y para el trabajador estadounidense: Su larga pesadilla económica terminará muy pronto,” dijo Trump. “Dentro de dos, tres años, no van a tener trabajadores automotrices en esto. Si votan por Trump, vamos a traer fábricas a niveles que nunca han visto antes. Vamos a recuperar los empleos de los trabajadores automotrices a como era hace 30 años y 40 años antes de que todos se fueran. Vamos a recuperarlos a niveles que nunca han visto. …

“Vamos a traer de vuelta su industria automotriz,” continuó. “Vamos a dejar que construyan plantas, pero no las van a construir en México, las van a construir en Estados Unidos. Y van a ser impulsadas por nuestros trabajadores automotrices. Y vamos a traerlos de vuelta en números que nadie puede creer, y puedo hacerlo tan fácilmente. Estábamos listos para hacerlo, y luego vino el desastre del COVID.”

No podemos predecir el futuro, pero podemos proporcionar los hechos sobre los empleos en la industria automotriz.

A nivel nacional, los empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas han estado generalmente en aumento (dejando de lado la pandemia) desde aproximadamente 2010, después de que las administraciones del presidente George W. Bush y Barack Obama proporcionaran asistencia federal bajo el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) para salvar a General Motors y Chrysler, que enfrentaban la bancarrota.

En Georgia, el 24 de septiembre, Trump dejó la impresión engañosa de que esto no era así, diciendo que la industria automotriz “ha sido diezmada por muchas décadas de liderazgo incompetente tanto político como en su empresa.”

Durante todo el mandato de ocho años de Obama, comenzando en enero de 2009, los empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas aumentaron en 265.800 empleos, o un 38,4%, según la Oficina de Estadísticas Laborales. El crecimiento se produjo después de la pérdida de empleos durante la Gran Recesión de 2007-2009 y la implementación del TARP.

Cuando Trump asumió el cargo, había 957.100 empleos en vehículos de motor y piezas. En febrero de 2020, antes de que la pandemia golpeara, esa cifra era 29.700 más alta. Dos meses después, el número de empleos había caído en 358.200. Para cuando Trump dejó el cargo, la mayoría de esos empleos habían regresado. Terminó su mandato con una pérdida de 7.800 empleos en la industria.

Bajo Biden, la tendencia general al alza ha continuado. Los empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas han aumentado en 128.800, o un 13,6%. En agosto, había 1.078.100 empleos. En mayo, la industria alcanzó el nivel más alto de empleos desde julio de 2006 y se ha mantenido por encima de ese umbral.

El pico para estos empleos, desde 1990, fue en junio de 2000, con 1.333.600 empleos. (El pico a largo plazo fue a finales de la década de 1970, pero los datos históricos no se pueden comparar directamente con las cifras más recientes debido a un cambio en las clasificaciones de la industria).

Trump afirmó que un crecimiento en los empleos o plantas automotrices estaba previsto cuando él era presidente, pero luego llegó la pandemia de COVID-19. Preguntamos a la campaña de Trump por apoyo a su afirmación, pero no hemos recibido una respuesta. Los datos sobre empleos no muestran evidencia de un crecimiento inminente.

De hecho, antes de la pandemia, los empleos en vehículos de motor y piezas disminuyeron en 25.700 desde enero de 2019, cuando esos empleos alcanzaron su pico bajo Trump, hasta febrero de 2020, antes de las consecuencias económicas de la pandemia.

Belzowski, director gerente de Automotive Futures, nos dijo que no hay evidencia de que los empleos en la industria automotriz estuvieran destinados a alcanzar los niveles de hace décadas antes de la pandemia. Belzowski dijo que “lo único que podría haber hecho… mientras era presidente, pero no lo hizo, era traer de vuelta los empleos desde México.” En cambio, el T-MEC “mantuvo los empleos en México.” Los fabricantes de automóviles de EE. UU. estaban en el país debido a las tasas laborales más bajas y para evitar multas por emisiones de la Agencia de Protección Ambiental, dijo.

Las cifras de producción automotriz nacional también contradicen la idea de que la industria estaba a punto de regresar a los niveles de hace décadas antes de la pandemia. La producción disminuyó cada año bajo Trump. Volvió a caer en el primer año de Biden y aumentó ligeramente en 2022 y 2023, según cifras de la Oficina de Análisis Económico. La producción nacional ha estado en un declive constante durante las últimas tres décadas, con la excepción del crecimiento durante la primera mitad del mandato de Obama.

En cuanto a Michigan específicamente, los empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas disminuyeron bajo Trump, incluso antes de la pandemia.

Entre enero de 2017, cuando Trump asumió el cargo, y febrero de 2020, antes de que la pandemia causara pérdidas de empleos, los empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas en Michigan habían disminuido en 3.700, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), con 1.800 de esas pérdidas de empleos en la fabricación de vehículos.

La pandemia luego causó grandes pérdidas de empleos durante unos meses. La mayoría de esos empleos se habían recuperado para enero de 2021, cuando Trump dejó el cargo, pero durante todo su mandato, el número de empleos en la fabricación de vehículos de motor y piezas en Michigan había disminuido en 8.700, con la gran mayoría de esa pérdida en la fabricación de piezas.

Bajo la presidencia de Biden, los empleos en la fabricación de vehículos de motor en el estado han aumentado en 6.900, hasta agosto, pero los empleos en la fabricación de piezas han disminuido en 7.400. En total, los empleos en la industria manufacturera en Michigan han disminuido en 500.


Nota del editor: Este artículo ha sido publicado gracias a nuestra alianza con El Tiempo Latino, medio de comunicación establecido en Washington, D.C., que brinda información nacional y local en español.

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