Contrariamente a las afirmaciones amplificadas por el podcastero Bret Weinstein durante una entrevista con Tucker Carlson, las vacunas contra el COVID-19 no han matado a 17 millones de personas, sino que han salvado millones de vidas en todo el mundo. Weinstein también caracterizó de forma inexacta un acuerdo sobre pandemias de la Organización Mundial de la Salud y otros cambios propuestos, afirmando que pretenden arrebatar “la soberanía personal y nacional”.
Misconception: Seguridad
El llamado a detener la vacunación de ARNm contra el COVID-19 del cirujano general de Florida se basa en ciencia defectuosa
Prepublicación de un estudio realizado en Yale registró experiencias de pacientes, pero no demostró que las vacunas causen un nuevo síndrome
La prepublicación de un estudio realizado en Yale describió síntomas crónicos de la vacunación contra el COVID-19 informados voluntariamente por 241 miembros de un grupo en línea. El artículo, que no ha sido revisado por pares, no mostró la frecuencia de estos síntomas en la población general ni si fueron causados por las vacunas, limitaciones que las populares publicaciones en línea no dejan en claro.
Un análisis defectuoso de datos de Nueva Zelanda no demuestra que las vacunas contra el COVID-19 mataron a millones de personas
Datos procedentes de todo el mundo corroboran la seguridad general de las vacunas contra el COVID-19. Sin embargo, algunas personas afirman erróneamente en internet que datos obtenidos ilegalmente en Nueva Zelanda muestran que las vacunas han matado a 13 millones de personas en todo el mundo. Los expertos dicen que este análisis es falso.
Publicaciones difunden afirmación falsa sobre una solicitud de patente de Moderna
Las vacunas de ARNm contra el COVID-19, como muchas otras vacunas, pueden contener pequeñas cantidades de ADN procedentes del proceso de fabricación. No hay pruebas de que este ADN residual cause “turbo cáncer” o un cáncer muy agresivo. La compañía Moderna tampoco ha admitido que las “vacunas de ARNm causen turbo cáncer”, contrariamente a lo que afirma un artículo en línea que interpreta erróneamente una frase en una solicitud de patente.
No hay pruebas de un vínculo entre el aumento de la tasa de mortalidad infantil en EE. UU. y las vacunas contra el COVID-19
Un reciente informe federal muestra un aumento del 3% en la tasa de mortalidad infantil en EE. UU. entre 2021 y 2022, el primer aumento estadísticamente significativo en 20 años. Se desconoce la causa del aumento, pero no hay pruebas de que se deba a la vacunación contra el COVID-19, como algunas publicaciones en las redes sociales sugieren sin fundamento.
La vacunación contra el COVID-19 durante el embarazo es segura y tiene múltiples beneficios
Vacunarse contra el COVID-19 ayuda a proteger a las personas embarazadas del COVID-19 grave. Cuando se administran durante el embarazo, las vacunas también pueden reducir el riesgo de hospitalización por COVID-19 al principio de la vida del bebé. Un nuevo estudio se suma a las pruebas de que la vacunación durante el embarazo es segura para los bebés, contrariamente a lo que se afirma en las redes sociales y en internet.
Publicaciones afirman falsamente que la FDA ‘está obligada’ a retirar del mercado las vacunas de ARNm contra el COVID-19 por adulteración
Como ocurre con muchos productos médicos, las vacunas de ARNm contra el COVID-19 pueden contener cantidades mínimas de ADN residual procedentes del proceso de fabricación. Esto no se considera una adulteración y la Administración de Alimentos y Medicamentos no “está obligada” a retirar las vacunas del mercado, al contrario de lo que se afirma en internet.
Las vacunas contra el COVID-19 salvan vidas, no son más letales que el COVID-19
La vacunación contra el COVID-19 reduce el riesgo de muerte por COVID-19. Algunas publicaciones en las redes sociales han utilizado erróneamente datos de encuestas e informes de eventos adversos para afirmar falsamente que las vacunas contra el COVID-19 han matado a más personas que el propio COVID-19. Pero los eventos adversos graves derivados de la vacunación, incluidas las muertes, son muy poco frecuentes.
No se ha demostrado que las vacunas contra el COVID-19 alteren el ADN ni provoquen cáncer
En las vacunas de ARNm contra el COVID-19 pueden quedar pequeñas cantidades de ADN procedentes del proceso de fabricación. Los pasos de purificación y control de calidad garantizan que cualquier resto de ADN esté presente dentro de los límites reglamentarios. No hay motivos para pensar que este ADN residual pueda alterar el ADN de una persona o causar cáncer, contrariamente a lo que se afirma en internet.