Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) cuentan con múltiples sistemas de vigilancia para monitorear la seguridad de las vacunas. Si un problema de salud ocurre después de la vacunación, se alienta a las personas a enviar información a uno de estos sistemas, el Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés). Los expertos analizan y revisan los informes para identificar y realizar un seguimiento de los eventos adversos que podrían deberse a las vacunas. Un informe no garantiza que el evento haya sido causado por una vacuna.
Para algunas vacunas nuevas, los CDC también pueden utilizar inicialmente una herramienta llamada v-safe, que se utilizó por primera vez con las vacunas contra el COVID-19. Si v-safe está disponible, a una persona inscrita en el programa se le pregunta por mensaje de texto o correo electrónico cómo se siente en distintos momentos después de la vacunación.